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Las células de SCU regeneran las lesiones agudas hepáticas

Medicina Interna
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Las células de SCU regeneran las lesiones agudas hepáticas
El trasplante de células madre procedentes de sangre de cordón umbilical podría convertirse en un importante bastión terapéutico para regeneración hepática. En patología aguda, esta terapia celular mejora la histología y la función del órgano.
Raquel Serrano 04/07/2008

Las células madre procedentes de cordón umbilical se han mostrado eficaces, al menos en modelo experimental, para conseguir la regeneración en enfermedad hepática, ya que anidan en el hígado después de realizar un xenotrasplante de humano a rata, ha manifestado a DM Luis Fontana, del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Granada, e investigador principal de un trabajo que ha sido aceptado para su publicación en Cell Trasplantation.

En el desarrollo del ensayo también han participado Ana Isabel Álvarez-Mercado, María Sáez-Lara, María Cabello, Francisco Abadía y Ángel Gil, de la Universidad de Granada, y Javier González-Gallego, María García-Mediavilla y Sonia Sánchez-Campos, de la Universidad de León.

Los ensayos, en principio exitosos, con células mononucleares de sangre de cordón umbilical humano se llevaron a cabo usando un modelo de xenotrasplante de humano a rata en el que las células se inyectaron a través de la vena porta de las ratas a las que se había provocado hepatitis por D-galactosamina.

Según Fontana, la idea inicial de emplear células madre procedentes de sangre de cordón umbilical surge como posible opción a la extracción de células de médula ósea, ya que, de hecho, es una metodología más accesible que la que se usa para extraer células de médula.

Modelo de fase aguda
Pero, además, la teoría científica señala que las células de cordón tienen mayor capacidad proliferativa, de transformarse en otros tipos celulares, según están demostrando los datos de numerosos estudios que emplean células de cordón en regeneración cardiaca, daño cerebral e incluso en epidermolisis bullosa.

El modelo de enfermedad hepática analizado en este estudio es de tipo agudo. El hígado se lesionaba en menos de 24 horas, pero al llevar a cabo el trasplante celular se producía una mejoría tanto en el daño histológico como en la función hepática, según se ha comprobado por la actividad enzimática de la alanina aminotransferasa, la fosfatasa alcalina, la gamma-glutamiltransferasa, la lactato deshidrogenasa, así como del estado de las concentraciones de bilirrubina total y directa. La esteatosis hepática era la principal lesión y con el injerto celular desaparece.

El tratamiento actual de la enfermedad hepática terminal se basa en el trasplante de hígado, proceso limitado por la escasez de donaciones de órganos. Tampoco existe actualmente un tratamiento específico para combatir la fibrosis que se desarrolla en la mayoría de las enfermedades hepáticas y cuyos afectados sólo pueden recibir ayuda para aliviar las complicaciones patológicas.

Controlar la fibrosis
El siguiente paso, según ha adelantado Fontana a DM, es comprobar si la terapia celular es igualmente útil en enfermedad hepática crónica. El próximo proyecto es investigar en un modelo experimental crónico. Los trasplantes de sangre de cordón umbilical se empezarán a practicar cuatro meses después de que se lesione el hígado del animal.

Los resultados positivos que hemos obtenido proceden de un modelo agudo de enfermedad en el que no había fibrosis. Ahora se pretende comprobar la efectividad de esta terapia sobre un órgano en el que el daño se hace progresivamente. Fontana ha matizado que las personas que padecen hepatitis se infectan con virus, por lo que el tratamiento clínico es el antivírico.

Sin embargo, el problema surge cuando algunos enfermos no responden a la terapia con antivirales, lo que puede conducir a que la hepatitis se transforme en fibrosis, posteriormente cirrosis, e incluso evolucione a hepatocarcinoma.

En este sentido, ha apuntado que el trasplante con células de sangre de cordón umbilical podría convertirse, después de que se confirmen los estudios que se están realizando en varios centros internacionales, en una terapia adecuada para regeneración de enfermedades hepáticas.

Fontana ha insistido en que, aunque sus investigaciones están limitadas todavía al modelo experimental, sí es cierto que también existen estudios internacionales preclínicos en pacientes que presentaban fibrosis y que, al parecer, están registrando resultados muy positivos.
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