TERRORISMO
España, en el punto de mira
Los movimientos yihadistas consideran que el acoso policial contra los círculos islamistas y la participación militar en países como Afganistán son motivo suficiente para nuevos ataques
AGENCIAS
Los yihadistas nos siguen considerando un país enemigo ». Tan rotunda afirmación, que pone de manifiesto que el temor a un nuevo ataque terrorista de índole islamista en España sigue estando fundado, fue pronunciada días pasados en la Universidad de Navarra por Javier Jordán, quien señaló que el motivo de tal fijación es que, «aunque no tenemos tropas en Iraq, todavía continua existiendo presencia militar española en aquella zona, se detiene a sospechosos de islamismo y, en definitiva, estamos integrados plenamente en lo que ellos denominan el enemigo de lejos, es decir la sociedad occidental ».
Jordán, reconocido experto en terrorismo islámico, intervino en el curso de verano España ante el Islam. Confrontación e integración de civilizaciones, organizado en Pamplona. Con motivo de su conferencia sobre la violencia yihadista, habló también de la situación en España y manifestó que «tras los atentados del 11-M en Madrid se han desarticulado varias redes que preparaban ataques, pero, pese a todo, la amenaza sigue vigente, porque los yihadistas que viven en nuestro país preparan sus fechorías aquí, ya que poseen menos recursos que hace unos años y les es más difícil aspirar a cometer crímenes internacionales ».
Jordán también se refirió al perfil de los que aceptan esta ideología, a menudo tan destructiva, y subrayó que se trata de personas de personalidad «muy variada », aunque, detalló «suele ser común a todos ellos su escasa integración cultural en Europa ». De hecho, a su juicio, esta circunstancia tiene mucho que ver con el entorno con el que se relacionan, y también con la propaganda de fanatismo islámico que se distribuye a través de internet.
«A la hora de prevenir y detectar el reclutamiento yihadista, más que en los perfiles hay que fijarse en las redes sociales », ya que determinados ambientes «como por ejemplo las cárceles o ciertas mezquitas con predicación radical constituyen auténticos caladeros donde los yihadistas van a captar nuevos voluntarios ».
DEFENDERSE DE LA AMENAZA. Según este profesor de Ciencia Política de la Universidad de Granada, es posible defenderse de la amenaza terrorista, aunque «siempre es mayor el gasto que suponen las medidas que hay que adoptar para tomar precauciones ante ellos que los costes económicos (no así los humanos) que generan los atentados ».
«Al Qaeda ha sufrido duramente desde el 11-S, del que estos días se cumplen cinco años, y los yihadistas actuales son en muchos casos personas sin preparación técnica ni cultural y eso no les impide realizar atentados de tanta envergadura como los de Madrid o los más recientes del 7-J en Londres ». Entre otras, ésa es una de las razones por las que Jordán considera que «ahora es mucho más difícil que vuelva a producirse algo similar al 11-S, o que lleguen a emplear armas de destrucción masiva, ya sean químicas, ya nucleares ».
A su entender, los atentados de EEUU supusieron «un antes y un después en la percepción sobre el terrorismo yihadista, pero la amenaza existía desde mucho antes ». Así, el catedrático explicó que los primeros grupos comenzaron a actuar a escala local en países de mayoría musulmana en los años 60 y 70 y Al Qaeda, fundada en 1988, llevó a cabo acciones terroristas contra EEUU ya en los 90. «Sin embargo -precisó- el 11-S ha provocado que los acontecimientos se aceleren y que la década anterior parezca ahora un período pacífico ».
EL EJEMPLO DE PARíS. Por su parte, Florentino Portero, analista del Grupo de Estudios Estratégicos (GEES) y profesor de la UNED, destacó durante su intervención en el mismo curso que «después de tres decenios de democracia en España, la política hacia el mundo árabe comienza a sufrir cambios importantes ».
El experto se refirió a las dificultades de integración que tiene buena parte de la comunidad musulmana. «En España se están formando barrios de mayoría islámica a semejantes a los de otras ciudades europeas y con los mismos problemas », por lo que los sucesos del extrarradio de París «fueron un aviso de lo que podría ocurrir aquí si se cometen errores semejantes a los de los franceses ».
En este sentido, indicó que «la amenaza islamista no es un problema lejano, sino nacional, más aún cuando los terroristas del 11-M eran personas afincadas entre nosotros, que en algunos casos disfrutaban de ayudas estatales y participaban en la vida política ».
Portero explicó además que las dificultades de integración de parte de la población musulmana y el terrorismo islamista «están propiciando el crecimiento de un sentimiento de arabofobia en España ».
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