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Los probables sucesores de Bin Laden en Al Qaeda

La desaparición de Osama Bin Laden va a propiciar que se busque a un nuevo líder capaz de aglutinar la imagen de la célula terrorista Al Qaeda.

El movimiento terrorista funciona con franquicias que, en la práctica, son independientes. Pero, si en el plano operativo sus filiales actúan de forma autónoma, el conjunto necesita un ‘portavoz carismático’ que pueda capitalizar sus atentados de cara a la comunidad internacional y al propio mundo árabe. Por ello, los analistas han puesto sobre la mesa dos nombres que pueden relevar al ‘rey muerto’: Al Awlaki y Naser al-Wuhaishi.

El primero simboliza al imán radical que ha sabido ganarse el respaldo de los fanáticos afincados en países occidentales, gracias a su hábil manejo de Internet. El segundo, por el contrario, tiene un carácter menos ideológico, pero es el jefe de operaciones de la rama más activa de Al Qaeda, la de la Península Arábiga, que basa su prestigio entre los radicales por los atentados que ha tratado de ejecutar en Estados Unidos.

La fuerza de la propaganda frente al poderío de la acción. Ésa la confrontación que se vivirá en el seno del movimiento.

Anwar al-Awlaki es considerado como el ‘Bin Laden de La Red’. Tal es su capacidad propagandística. Nacido en Estados Unidos, actualmente puede estar oculto en la provincia de Shabwa, en Yemen, el país del que procede su familia.El poder de sus prédicas es tan fuerte, que por sí solas han inspirado varios ataques contra los Estados Unidos y sus intereses. Entre ellos se incluyen los asesinatos en Fort Hood (Texas), donde el cabo Nidal Hasan asesinó a 13 soldados.

La gran ventaja de Awlaki es su fama en los medios de comunicación europeos y norteamericanos, que le han propiciado un gran número de seguidores en estos países. “Al-Awlaqi ha sido una figura fundamental en la radicalización yihadista salafista, especialmente para la gran audiencia de musulmanes de habla inglesa”, asegura la revista CTC Sentinel, editada por el centro antiterrorista de West Point, que añade que este personaje “ha llevado hasta el extremo el mensaje de numerosos imanes gracias a la difusión de sus palabras en distintos foros cibernéticos”.

Educado en un ambiente académico (su padre fue a Estados Unidos para formarse como ingeniero agrónomo y posteriormente fue ministro de Agricultura en Yemen), Awlaki inció su carrera en un centro islámico de San Diego, donde comenzó su trayectoria de predicador, que le ha llevado a dar giras por otros países, como el Reino Unido (2003). Así entró en la órbita de los patrocinadores del terrorismo yihadista. Al margen de su arsenal de conferencias colgadas en Youtube, se mueve bien tanto en el mundo occidental como en el árabe, pero en estos últimos países le faltan apoyos.

Naser al-Wuhaishi, hombre de acción

Las carencias de Awlaki son, precisamente, las fortalezas del yemení Naser al-Wuhaishi. El jefe de operaciones de Al Qaeda en la Península Arábiga no posee la formación ni el poder de convicción de su posible contendiente, pero ha demostrado tener una importante capacidad operativa, tras su intento de atentar con paquetes bombas embarcados en aviones en empresas de mensajería en otoño de 2010 y en el atentado frustrado de Detroit en diciembre de 2009.

Naser al-Wuhaishi no solo estaba detrás de la planificación de estas actividades, sino que otra de sus bazas es el haber formado parte del círculo de confidentes del propio Osama Bin Laden.

Otros candidatos

Hasta ahora, la mano derecha de Bin Laden ha sido Ayman al-Zawahiri, al que muchos también sitúan como el sustituto natural del líder ejecutado. Sin embargo, la operación de ayer ha golpeado de lleno a la organización central de Al Qaeda (la que estaba bajo el mando directo de Bin Laden), por lo que sus posibilidades de asumir el liderazgo son limitadas.

Frente a ello, a Al Qaeda en la Península Arábiga “le afectará menos la muerte de Bin Laden”, tal como afirma Javier Jordán, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada y experto en terrorismo islámico. Esto refuerza a líderes como los citados Awlaki y Naser al-Wuhaishi para ocupar el trono vacío.

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