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IU y PA afrontan las elecciones en crisis y con escasas posibilidades de éxito

– IU y PA afrontan las elecciones en crisis y con escasas posibilidades de éxito

Entre ambas no suman ni el diez por ciento de los diputados en el Parlamento andaluz y ni un solo sondeo indica que su situación pueda mejorar dentro de cinco meses con la celebración de las elecciones. La última de las encuestas conocidas, la del Cadpea de la Universidad de Granada, otorgaba a Izquierda Unida un 7,7 por ciento de los votos y un 5,5 al Partido Andalucista, confirmando la consolidación del panorama bipartidista que protagonizan desde hace años PSOE y PP.

En 2004, IU logró seis diputados en la Cámara autonómica, los mismos que en los dos procesos electorales anteriores, un resultado decepcionante que no provocó cambios sustanciales ni en los órganos de dirección ni en la política de la federación de izquierdas. El entonces candidato a la Junta, Diego Valderas, no resultó elegido por su provincia, Huelva, lo cual no ha impedido que se mantenga como coordinador regional y que vuelva a aspirar a ser cabeza de cartel, aunque se ignore aún por qué circunscripción lo hará.

En cualquier otra formación política -en las consolidadas y cohesionadas internamente- habría empujones entre las direcciones provinciales para lograr incorporar a su lista al jefe de filas por el tirón electoral que se le presupone a su figura, pero en IU ocurre todo lo contrario: las posibilidades de obtener representación son tan limitadas que los empujones los está recibiendo el propio Valderas, a quien el Partido Comunista pretende colocar en cualquier provincia menos en Sevilla. Ni me ocupa ni me preocupa, afirma en público el coordinador regional con una pose de indiferencia que a duras penas oculta su malestar por las quinielas que hacen públicas quienes dicen ser sus partidarios.

La capital andaluza se ha convertido en la clave de bóveda de la crisis de IU, hasta el punto de que los comunistas están teóricamente dispuestos a ceder la cabecera de la lista a Juan Manuel Sánchez Gordillo, líder del Colectivo Unitario de Trabajadores (CUT), para dinamitar el núcleo de los críticos -capitaneados por la portavoz parlamentaria Concha Caballero-, aunque en el CUT no todos están por la labor de pactar con el PCA.

Si de algo se jactan en este partrido es de mantenerse fieles a sus principios, el primero de los cuales es no pactar nada a cambio de sillón, o de un escaño. En la memoria reciente del CUT están el sí de IU al Estatuto de Autonomía y la política de alianzas con el PSOE en los ayuntamientos, unido a la expulsión de militantes en Jaén, un cúmulo de factores que no hacen fácil una alianza con el PCA.

En el documento que el CUT aprobará en su asamblea del próximo día 10 es previsible que se incluya la negativa a pactar con el PSOE en el Gobierno de la Junta, una condición que para los comunistas será difícilmente aceptable.

El PA comparte con IU la penuria de votos, pero sus circunstancias internas son bien distintas. El proceso de renovación interna desarrollado desde 2004 por su secretario general, Julián Álvarez, ha concluido con la desaparición de la primera fila de la inmensa mayoría de quienes fueron durante años los referentes del PA, a los que se han venido sumando en un goteo constante algunos de quienes acompañaron al hoy líder del partido en sus inicios. No hay un sector crítico articulado, aunque algunos, como el todavía diputado gaditano Antonio Moreno, estén ya dando los primeros pasos. Éste ya dejó claras sus intenciones al rechazar el premio de consolación ofrecido por Álvarez: aceptar tras las elecciones un puesto en alguno de los órganos de extracción parlamentaria.

Álvarez será candidato al Parlamento por Sevilla, pero si su nivel de popularidad es bajo -apenas le identifica uno de cada cuatro andaluces y, aun así, suspende en valoración- el del resto de cabezas de lista puede estar bajo cero. Se da casi por seguro que el primer puesto de la candidatura por Cádiz será para Manuel Prado, prácticamente un desconocido fuera de la localidad de San Fernando, mientras que en el resto de provincias se abre una inquietante incógnita tanto por el signo negativo de los sondeos -el PA puede pasar de cinco a dos diputados- como por la ausencia de referentes que atraigan al electorado.

En un intento de salir a flote y de arañar votos casi de donde sea, las ejecutivas del PA y del PSA, el refundado partido de Pedro Pacheco, oficializaron el pasado sábado el inicio de contactos para construir un bloque andalucista irreversible, una operación que ha tenido ya dos precedentes frustrados. Álvarez pone como condición que Pacheco quede al margen de la operación, pero hay cadáveres políticos con experiencia en tratar de resucitar.
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