La muestra sobre Ibn Jaldun, una joya cultural para 2006
un aspecto de la muestra. La cultura escrita tendrá un peso fundamental en la exposición.
LUIS SÁNCHEZ-MOLINÍ
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sevilla. Al-Andalus, la aceptación de nuestra propia historia –sin nostalgias, mitificaciones o magnificaciones– debía ser una forma de acercarnos los unos a los otros, de modificar nuestra percepciones, de evitar rechazos y prejuicios y podría contribuir a establecer bases de entendimiento y concordia, crear lazos que pudieran permitir avanzar hacia sociedades más tolerantes, más justas, más solidarias, así se expresaba ayer el consejero general de la Fundación El Legado Andalusí, Jerónimo Páez, durante la presentación oficial en Sevilla del que será el acto cultural más importante durante este año: la muestra Ibn Jaldun: el Mediterráneo en el siglo XIV. Auge y declive de los imperios.
Aunque ya han corrido ríos de tinta en los periódicos sobre los contenidos e intenciones de dicha muestra, hubo que esperar hasta ayer para conocer el proyecto definitivo y cerrado de una muestra que cuenta con el apoyo expreso del Gobierno de la nación, que ve en ella una actividad más de la llamada Alianza de Civilizaciones, eje fundamental de la política exterior del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero y su ministro Miguel Ángel Moratinos. El apoyo se materializó con la presencia del secretario de Estado de Exteriores, Bernardino León.
Para Jerónimo Páez, quien pronunció la conferencia Sevilla y el Mediterráneo del siglo XIV, el solo anuncio de esta exposición ya ha producido un acercamiento entre Occidente y el mundo árabe. Así, señaló la aparición –en plena crisis de las viñetas– de artículos elogiosos en Al Quds Al Arabi, quizás el periódico con mayor influencia y difusión en la comunidad islámica internacional. El semanario marroquí La Nouvelle Tribune y el diario Al-Arab también han editado reseñas elogiosas sobre el evento.
A la hora de resaltar la vinculación de Ibn Jaldun y la ciudad de Sevilla, Páez leyó el fragmento de su autobiografía donde el tunecino afirma: Mi familia tiene su origen en Sevilla. A su llegada a al-Andalus, Khaldun Ibn Uthman, mi antepasado se estableció en Carmona, con un pequeño grupo de gentes de su país. Fue en aquella ciudad donde fundó la casa de sus descendientes, que se instalaron luego en Sevilla. Mis antepasados emigraron a Túnez, a mediados del siglo VII –corresponde al XIII cristiano–, como consecuencia del éxodo tras la victoria del hijo de Alfonso, rey de Galicia [se refiere a Fernando III].
Después de esta introducción, el también presidente del Consejo Social de la Universidad de Granada glosó la vida del considerado como padre de la sociología histórica: su nacimiento en Túnez en 1332; el elevado nivel social, económico e intelectual en el que se crió; el cosmopolitismo de su educación; su llegada a Sevilla como embajador del reino nazarí para firmar un tratado de paz con Pedro I; sus posteriores viajes por el mundo mediterráneo y, finalmente, su muerte en El Cairo en 1406.
Según el consejero general de la Fundación El Legado Andalusí, el mundo que vivió Ibn Jaldun es muy similar al que nosotros acabamos de dejar y al que estamos viviendo, de ahí el valor que hoy en día tiene el dedicarle una muestra a un personaje que siempre recurrió al diálogo y al racionalismo. Esta exposición no sólo pretende hablar de los desastres, las tragedias o las calamidades del siglo XIV, la muestra quiere hablar de la vida, de la época en general, no olvidando que la realidad es una mezcla de componentes trágicos, irracionales, pero también de racionalidad, generosidad, creatividad y progreso, afirmó Jerónimo Páez.
Además, el organizador pretende que la exposición sirva para lanzar al mundo un mensaje optimista en unos momentos en los que la situación internacional apunta hacia todo lo contrario, ya que en el fondo, a pesar del pesimismo que a veces puede embargarnos cuando se conoce en profundidad la historia, quizás nos puede tranquilizar, hoy día, saber que la especie humana ha sobrevivido a enormes conflictos y tragedias, como fue en líneas generales este siglo XIV.
Jerónimo Páez enmarcó a la muestra sevillana dentro de una gran línea de actuación que pretende desarrollar la Fundación que dirige. Nosotros entendemos esta exposición como un evento más dentro de un proyecto, que pretende tratar de poner en valor nuestra herencia común con el mundo árabe y mediterráneo. Antes de finalizar, el conferenciante quiso lanzar una última reflexión al decir que en este momento en que son muchas las fuerzas centrífugas en nuestro país, ahora que proliferan todo tipo de nacionalismos insolidarios, a mi me parece que es el momento de que Andalucía aporte un mensaje de serenidad, un mensaje de unión en la diversidad y de hacer valer nuestra propia historia. Para Páez, este mensaje se debe construir desde dos experiencias fundamentales: al-Andalus y la epopeya americana. El consejero general de la Fundación terminó afirmando su creencia de que Sevilla está llamada a ser una gran metrópolis de los mundos mediterráneo y atlántico.
Además de la conferencia, el acto, celebrado en el Club Antares, contó con una presentación formal de la exposición, que apenas arrojó novedades respecto a lo que ya se sabía. La muestra, que se celebrará entre mayo y septiembre en el Real Alcázar, contará con más de cien piezas de gran valor como el casco del sultán Ibn Qalawun (Museo Real de Arte e Historia de Bruselas), un cuadrante astrolábico de la David Collection (Copenhague), el Pendón de la Batalla del Salado (Catedral de Toledo) o un frontal de altar con las armas de Aragón que actualmente se encuentra en el Victoria and Albert Museum londinense. Además, un innovador diseño expositivo permitirá sumergirse en la política, la ciencia, el comercio, el arte y la sociedad del siglo XIV.