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Mil radicales islámicos podrían cometer atentados en España

datos de asesores del ministro de interior

Mil radicales islámicos podrían cometer atentados en España

Expertos en terrorismo calculan entre quince y treinta los ataques extremistas que se han frustrado en Europa en los últimos cuatro años

rahat dar / efe
protestas. Musulmanes radicales se manifestaban ayer en Pakistán.

EUROPA PRESS
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madrid. El asesor del ministro de Interior en materia de terrorismo Fernando Reinares cifra en un millar los islamistas residentes en España que estarían dispuestos a integrarse en una célula terrorista para cometer atentados. De los aproximadamente mil millones de musulmanes que hay en el mundo, entre uno y dos millones son susceptibles de una radicalización tal que terminen convirtiéndose en yihadistas, según Reinares.
A través de la aplicación de esta ratio, Reinares obtiene la cifra de casi mil islamistas radicales en España y el doble, aproximadamente, en el Reino Unido. De tal forma que, según estudios de varios servicios de Inteligencia citados por Reinares, los atentados frustrados en territorio europeo en los últimos cuatro años podrían oscilar entre los quince y los treinta.

Aún así, Reinares considera exiguo el porcentaje de musulmanes –son alrededor de mil millones en todo el mundo– que sufren tal proceso fundamentalista como para convertirse en terroristas. Asegura que tan sólo una pequeña fracción de los musulmanes radicalizados se implica finalmente en actividades terroristas. Aun así, Reinares advierte: Estamos ante un fenómeno que puede ser contenido y aminorado, pero cuya pronta erradicación no es, hoy por hoy, una expectativa realista.

El catedrático en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid precisa que estas cifras se refieren a aquellos musulmanes susceptibles de ser movilizados, es decir, que muestran su predisposición a verse inmersos en procesos de radicalización, consistentes en hacer suyo el ideario yihadista y mostrarse favorables a participar en actos de terrorismo, entendido como cumplimiento imperativo religioso de la yihad.

Tras el 7 de julio: ¿Qué estrategia tiene el terrorismo internacional? es el análisis publicado el pasado 11 de julio por Reinares en los cuadernos del Real Instituto Elcano. En él, el catedrático vuelve a referirse a la relación entre la situación actual de Iraq y el terrorismo internacional, afirmando que en la actualidad pocos ponen en duda que su invasión y ocupación, es percibido por el mundo islámico como un agravio comparativo propiciando procesos de radicalización y reclutamiento terrorista por parte de las entidades que conforman la yihad internacional.

Sin embargo, con anterioridad a la invasión de Iraq, el terrorismo islámico, o internacional como lo llama Reinares, tenía ya una estrategia dual, consistente en golpear, por una parte, al enemigo cercano, es decir, a los países con gobiernos que consideran apóstatas, y, por otra, al enemigo lejano, básicamente las sociedades occidentales. En este último apartado es donde sitúa Reinares los ataques del 11-M en Madrid y el 7-J en Londres.

Esto se puede observar, continúa, en determinados países de Europa Occidental como Reino Unido y, en menor medida, España. En ambos países, asegura, se captan individuos que son enviados a Iraq para implicarse en actividades violentas, incluido el terrorismo de carácter suicida. Además, el eventual retorno de esos individuos a sus países o comunidades de procedencia supondrá un incremento en la amenaza que sobre las sociedades europeas plantea el terrorismo internacional, añade.

En otro análisis publicado por el Real Instituto Elcano, otro experto, el profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Granada Javier Jordán analiza la variedad de perfiles de los islamistas asentados en España y la trascendencia de la integración sociocultural en la lucha contra este fenómeno. Así, Jordán distingue entre los socialmente integrados y los socialmente marginales. Los primeros rondan la treintena o tienen una edad superior, suelen estar casados, desempeñan trabajos poco cualificados pero que les proporcionan ingresos medios, llevan viviendo varios años en España, con residencia legal y algunos han obtenido la nacionalidad española. En ocasiones, tienen estudios universitarios y practicamente todos hablan correctamente castellano. Si no fuera por su militancia yihadista, se podría decir que son personas que han tenido éxito en su proyecto migratorio, concluye Jordán.

Sin embargo, los socialmente marginales no han alcanzado ese éxito en su proyecto europeo. De hecho, ocupan puestos de trabajo precarios e inestables que les proporcionan recursos económicos insuficientes y, en algunos casos, su estancia en España es ilegal. Estas circunstancias hacen que algunos de ellos hayan optado por la pequeña delincuencia.

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