Las multinacionales controlan las pruebas con medicinas en el SAS
Los laboratorios que operan en Andalucía desembolsan más de 16 millones al año en ensayos clínicos a realizar en centros de la sanidad pública
CHRISTOPHER GMUENDER / afp
producción. Planta de Roche en Basilea en la que se fabrica el antiviral Tamiflu.
Estudio de la Junta sobre acupuntura
ALFONSO PEDROSA
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sevilla. El ensayo de nuevos fármacos o de nuevas indicaciones para medicamentos ya existentes es una herramienta clave para hacer llegar a la población los beneficios de la investigación farmacéutica. Esa actividad es, además, un elemento esencial en las estrategias de mercado de los fabricantes de esos productos, ya que los médicos tenderán a utilizar más los fármacos que mejor conozcan. Como consecuencia, un ensayo clínico es mucho más que un proyecto de investigación: es dinero, conocimiento, poder e influencia. Una sola compañía, la multinacional suiza Roche, es, con diferencia, el laboratorio mejor posicionado en este terreno en Andalucía. Roche controla aproximadamente un tercio de los ensayos clínicos actualmente abiertos en los hospitales públicos (la actividad privada en este campo es residual en Andalucía) de la comunidad autónoma.
Este periódico ha realizado una foto fija del estado de la cuestión en Andalucía, a través de la consulta de 787 registros de la base de datos internacional Clinical Trial Search Portal, de la International Federation of Pharmaceutical Manucaturers and Associations (Ifpma), que continene información sobre la inmensa mayoría de los ensayos clínicos, abiertos y concluidos, realizados en todo el mundo. Según esta base de datos, a día 1 de mayo había 787 referencias a ensayos clínicos en desarrollo en España. Por orden descendente, Cataluña participaba en 357, Madrid en 346 y Andalucía contaba con 322 referencias. Este esquema responde al peso relativo de cada comunidad autónoma en el mercado español del medicamento (a su vez, séptimo del mundo), aunque no a la presencia de la industria en la productividad de las economías regionales, al menos en lo que a Andalucía se refiere, donde el peso de la industria farmacéutica es poco relevante. En Cataluña, los laboratorios son un vector de creación de riqueza; en Andalucía, un problema de gasto para la sanidad pública. Esta diferencia explica, por un lado, el escenario de beligerancia entre la Junta y las farmacéuticas a cuenta de asuntos como los visados para ciertos medicamentos, determinados mecanismos de control en los ensayos clínicos con medicamentos ya comercializados o la prescripción por principio activo y, por otro, los intentos intermitentes (el último, la semana pasada), de atraer a la industria a Andalucía, como evidencia el caso de Rovi (de capital español) y la subvención de 8,8 millones para su planta del Campus de la Salud de Granada.
Los laboratorios gastan cada año en Andalucía algo más de 16 millones de euros en ensayos clínicos. Sin ese aporte, se vendría abajo buena parte de la fachada de investigación de la sanidad pública y la misma existencia de determinados programas asistenciales. Fuentes oficiales de una compañía multinacional con ensayos abiertos en centros del SAS explican que, ante lo que consideran acoso y persecución por parte de la Consejería de Salud, ese laboratorio ha comenzado a deslocalizar ensayos, llevándoselos a comunidades autónomas donde hablar de industria farmacéutica no sea sinónimo de problemas. Otras compañías, en cambio, mantienen su presencia estratégica, apoyadas en la capacidad de respuesta de los grandes hospitales del SAS para asumir estos proyectos y en el peso de la masa demográfica de los pacientes andaluces.
El análisis del corte de datos referentes a Andalucía de la Ifpma indica que, aplicando una reducción proporcional a las 322 referencias de ensayos clínicos actualmente en curso en hospitales de la comunidad autónoma (centros de varias provincias participan en muchos casos en un mismo ensayo), hay 110 proyectos diferenciados abiertos. De ellos, 32 están promovidos por Roche –según la base de datos de la Ifpma–, laboratorio con una amplia oferta de productos en fase de investigación clínica. Según datos de la propia compañía, en 2005 Roche colaboró con 1.176 centros sanitarios españoles, con una participación aproximada de 6.876 pacientes. Durante el pasado año, Roche activó en España 112 proyectos de investigación, para el desarrollo de 24 moléculas diferentes. El interés estratégico de la compañía se centra principalmente en las áreas de oncología, cardiología, endocrinología y metabolismo, trasplante e inmunosupresión, sida y enfermedades infecciosas, inflamación, reumatología y sistema nervioso central.
Detrás de Roche, entre la actividad de la industria en Andalucía destacan diez proyectos de Lilly (estadounidense), ocho de GSK (británica), siete de Bristol Myers Squibb (estadounidense) y otros tantos de Pfizer (también estadounidense). A bastante distancia, otras compañías e iniciativas de investigación. La presencia de empresas españolas es minoritaria.
En cuanto a la distribución territorial en Andalucía, la base de datos de la Ifpma confirma el peso de los grandes hospitales, especialmente los de Sevilla, Málaga, Córdoba y Granada. La gran mayoría de los ensayos son de fase III: estudios en grupos de pacientes amplios sobre moléculas con altas posibilidades de llegar al mercado.