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La otra realidad de la vida del rey Alfonso X

La otra realidad de la vida del rey Alfonso X

La Cátedra Alfonso X El Sabio centra su V Semana de Estudios Alfonsíes en los aspectos menos conocidos y estudiados del monarca

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acto inaugural. La mesa presidencial de las jornadas alfonsíes con Luis Caballero en el centro a la derecha.

ALEJANDRO BARRAGÁN
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el puerto. La quinta edición de la Semana de Estudios Alfonsíes que organiza la Cátedra Alfonso X, patrocinada por el grupo Luis Caballero, en el Castillo de San Marcos de El Puerto de Santa María, arrancó ayer con un enfoque novedoso y muy diferente al de años anteriores. Como explica el director de la Cátedra, Manuel González Jiménez, esta edición aborda la otra realidad que rodeaba la vida en la corte del monarca Alfonso X. Es decir, esa vida extra oficial, alejada de la política, en la que salen a relucir los aspectos cotidianos y domésticos del rey en aquella época y que, como apunta González, han sido poco tratados y estudiados por los historiadores.
Las conferencias que se impartirán a lo largo de los tres días que dura este ciclo, versan sobre el empleo del tiempo libre, de los modos de entretenimiento y de los juegos, e incluso de la magia, de los que gustaba el rey castellano.

El catedrático Manuel González, quien abrió ayer el ciclo con su conferencia inaugural sobre la corte de Alfonso X, explicó que el monarca no sólo tenía tiempo libre, sino que lo necesitaba. Por eso, entre diplomacia, política y guerras, el Rey Sabio, se entretenía con la música, la caza, el ajedrez y otros juegos de mesa, la poesía, la astrología y la magia.

La segunda conferencia celebrada ayer, a cargo de Jesús Montoya Martínez, de la Universidad de Granada, trató sobre el deporte de la caza mayor, considerada como un arte noble. Pero a la vez de tener un carácter artístico, el monarca recurría a la caza de osos, ciervos o jabalíes que habitaban estas tierras como un ejercicio para hacer desaparecer las malas ideas, la saña, la cólera que podía acumular con los problemas políticos e incluso familiares que le afectaban.

La ajetreada vida que podía tener Alfonso X como rey le animó a estudiar libros de ajedrez, juegos de dados y las tablas (conocido también como Backgammon). Según Manuel González, el rey hizo traducir estos volúmenes del árabe en sus últimos años de vida para superar su melancolía, lo que hoy se puede denominar como depresión.

En cuanto a la magia y la astrología, señala el director de la Cátedra, el rey Alfonso X creía en ellas, al igual que todos los de su época, como ciencias utilitarias. Es decir, otorgaba al estudio de las estrellas y de las piedras un valor práctico, para su uso ordinario, con la intención de influir en la vida cotidiana. Además, el interés del rey en la música y la poesía, ya conocido y tratado en anteriores ocasiones, también formaba una parte esencial de su vida, tanto por su afición a la escritura y composición, como su gusto por escuchar a trovadores y poetas.

Las tres conferencias que hoy se celebran, a partir de las seis de la tarde, explicarán la importancia de los trovadores en la corte, así como los juegos de dados y ajedrez, a cargo de los profesores Vicente Beltrán, de Barcelona, Jesús Basulto, de Sevilla, y César Bordons Alba. Mañana sábado, último día del ciclo, contará con tres actos: los escritos astromágicos de Alfonso X, la música cortesana y su obra El Lapidario; y serán impartidas respectivamente por Alejandro García Avilés (de la Universidad de Murcia), Manuel Pedro Ferreira, de Lisboa, y Marcelino Amasuno, de Montreal, Canadá.

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