«No somos terroristas por vestirnos así»
Familiares de los arrestados muestran su indignación por la, a su juicio, injustificada persecución de los musulmanes ceutíes ? «Esto es la Inquisición del siglo XXI», afirman
G. T.
Familiares de los detenidos a las puertas de la comisaría ceutí
Ceuta- La «operación Duna» despertó ayer los mismos sentimientos de «rabia» y «desesperación» que revuelven la barriada del Príncipe Alfonso, poblada por unos 12.000 ceutíes, todos ellos de confesión musulmana, cada vez que la zona aparece ligada a la delincuencia y el narcotráfico, cuando no directamente al terrorismo yihadista.
Ante la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía, decenas de familiares de los detenidos pedían a gritos ayer a mediodía «justicia para los musulmanes». «Esto es la Inquisición del siglo XXI», protestaba el padre de los hermanos Mustafa Mohamed, quien acusaba a los agentes de haber «violado» su intimidad «sin la más mínima consideración». «Reventaron la puerta y entraron en casa en mitad de la noche con sus armas en la mano, apuntándonos y gritándonos», corroboraba la familia de otro arrestado, un padre de familia desplazado recientemente a Ceuta desde Cáceres, cuya hija pequeña, que padece síndrome de Down y una dolencia cardiaca, presenció en directo junto a sus cuatro hermanos la detención de su progenitor.
En la barriada, mientras, corría el rumor de que la zona se quedaría «sin hombres» si la Policía sigue «empeñada en vincular la barba y la “chamira” [la chilaba blanca con la que se suele acudir al rezo de los viernes en las mezquitas locales] con las bombas y los suicidas». «No somos terroristas por vestirnos así, con velo, porque somos musulmanes», quiso dejar claro la esposa de otro de los detenidos.
En casa de Hamed Abderrahaman, «Hmido», el ceutí que pasó 24 meses en Guantánamo y que ahora pasa las 24 horas del día en el Príncipe «tomando té con sus amigos» a la espera de una oferta de trabajo, la Policía volvió ayer, cinco meses después de que fuera absuelto por falta de pruebas por la Audiencia Nacional, para llevarse a dos de sus hermanos. Los vecinos, como en su día hicieron con «Hmido», los defendieron, como al resto, sin dudar: «Eran buenos chicos, con sus trabajos y sus cosas, en muchos casos padres que llevaban a sus casas el único sueldo de la familia».
La marginación «social y económica» que los profesores de la Universidad de Granada Javier Jordán y Humberto Trujillo situaban en su informe «Entornos favorables al reclutamiento yihadista: el barrio del Príncipe Alfonso (Ceuta)» hace apenas tres semanas está, según todas las fuentes consultadas por este periódico, detrás de la «peligrosa involución» hacia el radicalismo islámico en que se han sumido «muchos jóvenes» de esta barriada.
Las fuentes policiales y vecinales consultadas ayer por este periódico ratificaron que «hace unos dos años» se produjo una «escisión» en una pequeña mezquita ubicada en pleno Príncipe. El oratorio, dirigido hasta entonces por un imam «moderado» al que seguían «multitud de personas mayores», se vio derrotado por un grupo de fieles más próximos al islamismo radical, que forzaron su salida del mismo y la entrada de otro imam «de nacionalidad marroquí educado en Arabia Saudí».
Descargar