TRAYECTORIA DOCTOR EN FILOLOGIA ROMANICA POR LA UNIVERSIDAD DE GRANADA, DONDE HA SIDO PROFESOR DE METRICA. AUTOR DE UNA NUMEROSA OBRA POETICA Y ENSAYISTICA, QUE LE HA DADO, ENTRE OTROS, EL PREMIO DE LA CRITICA.
El poeta Antonio Carvajal presentó anoche en la Delegación Provincial de Cultura su nuevo poemario, Un girasol flotante , dentro del ciclo Letras capitales. Le acompañó Manuel Gahete.
–¿Qué es ‘Un girasol flotante’?
–Quiere ser un libro de poemas y yo creo que se ha conseguido. Pero sobre todo es un intento de renovación expresiva a partir de caminos que en un momento afloraron en la poesía española y por distintos motivos se han abandonado.
–¿Qué aporta este nuevo libro a su obra?
–Ah, eso no lo sé. Quizá más reposo en las emociones y más desarrollo de la reflexión, pero no lo sé. Esas cosas son los críticos y los lectores quienes tienen que decirlas.
–¿Cuáles son los temas que más le preocupan?
–A mí hay un tema que me preocupa muchísimo, que es la falta de moral cívica, en todos sus aspectos, no sólo en el aspecto de relación nuestra del día a día, sino en otro tipo de relaciones. En este sentido, uno de los episodios que cuento en el libro es el atentado de Madrid, que a mí me cogió en Francia, me cogió solo, y lo que es la sensación de soledad cuando se recibe una noticia tan terrible como esa, y qué actitud tomar ante la vida y ante la sociedad cuando estas cosas ocurren.
–La amistad tiene una gran importancia en este libro.
–Sí, sí. La primera parte ya se había publicado, no entera, pero el conjunto primero de poemas casi todo se había publicado por la Generación del 27 de Málaga con el título de Cartas a los amigos . Ahora viene ampliada y enriquecida.
–Siempre hay, también, una mirada esperanzadora.
–Hombre, no se puede dar uno por derrotado por muchos reveses que se sufran, porque siempre se comprueba que ningún momento de la historia ha sido tan feliz como nos lo pintan. Todos los momentos absolutamente desdichados se han conseguido superar y, en ese sentido, siempre cabe una esperanza. Quiero decir que después de experiencias tan terribles como todas las del siglo XX, que ha sido posiblemente el siglo más sanguinario de toda la historia de la Humanidad, que sigamos siendo capaces de convivir y sigamos capaces de seguir haciendo planes de futuro nos está indicando que en el ser humano hay una apuesta por la vida, por la bondad y la belleza que va más allá de todos los crímenes y de todas las atrocidades. En esa línea es en la que yo me inscribo.
–Usted es profesor de métrica-
–Era
–O era-
–Me he jubilado, afortunadamente.
–¿Cuál es la relación, a su juicio, entre los metros clásicos y los temas modernos?
–Es que en nuestro idioma no hay metro clásico. Hay metros que se usan y metros que no se usan, pero no hay un metro que podamos definir como clásico. Afortunadamente Garcilaso incorporó una herramienta, que es el endecasílabo, y sobre todo el endecasílabo variado, el endecasílabo con acentuaciones distintas y cambios de cadencia, y eso que llamaron prosa los del siglo XVI pues resulta que es la gran herramienta expresiva en el siglo XXI. El endecasílabo combina prácticamente con casi todos los versos, y sobre todo con los versos más cortos o los que doblan los cortos. Y entonces resulta que es una herramienta que puede cubrir desde lo más narrativo y más vulgar hasta la máxima expresión del sentimiento más hondo y la lírica más pura.
–¿Qué puede aportar la poesía para superar esta crisis?
–La poesía no puede aportar soluciones a una crisis económica, pero sí puede aportar horizontes intelectuales, horizontes mentales, para salir de la otra gravísima crisis que tenemos mucho antes y que nos asusta menos que es la escandalosa pérdida de valores y fundamentalmente esta banalización del delito, que ha hecho que la crisis económica sea, además de una crisis real, sea una crisis sarcástica porque resulta que ahora son los trabajadores los que tienen que pagarle a los ladrones que los han robado.
–¿Cómo ve la poesía española actual?
–Pues yo siempre la veo con muy buenos ojos. Hay poetas estupendos y, como pasa siempre, poetas con mucha fama que no me interesan nada. Yo la veo muy bien. Esto se nota sobre todo cuando se es miembro del jurado de premios literarios para gente joven y entonces se ve cómo el nivel y cómo la temática y cómo la búsqueda de nuevos caminos, de nuevas formas expresivas, se toman con un rigor y una seriedad absolutos y yo tengo muchas esperanza en los poetas jóvenes que están surgiendo ahora.