«Mao Zedong consideraba que no se podía contemplar la vida sin la violencia»
El profesor Pedro San Ginés acerca la figura del dirigente del Partido Comunista
Ana Sánchez Gasteiz
LA TIRANÍA de Stalin en la URSS es bien conocida por la sociedad occidental. Sin embargo, mucho más misteriosa es la que Mao Zedong instauró en China. «Mao es un producto de un período determinado de la historia». De esta forma caracterizó ayer el profesor de ‘‘Pensamiento chino y pensamiento de Mao’’ en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Granada, Pedro San Ginés, durante su conferencia ‘‘China: del imperio feudal a la construcción del Estado Moderno’’.
«¡Una revolución no es una invitación a un banquete!». Estas palabras corresponden a uno de los primeros escritos que Mao escribió en 1927 a los 34 años. «En ellos se ve el concepto de revolución de Mao como utilización de la violencia máxima», explicó San Ginés durante su intervención.
Teórico del marxismo, militar y estadista, Mao Zedong bautizado por sus seguidores como el ‘Gran Timonel’, antes de 1927 todavía era un político moderado. En lugar de salir al exterior como muchos de sus compatriotas radicales hicieron en aquella época, Mao viajó extensamente por los pueblos de su provincia natal en China durante los años veinte. Durante la gira, vio cómo los campesinos pobres apaleaban a los que tenían algo más, puesto que en esa época se seguía el modelo de terror leninista, «había una violencia tremenda», indicó San Ginés.
Finalmente volvió a Hunan, donde comenzó a promover las acciones colectivas y la causa de los derechos de los trabajadores. «Mao Zedong consideraba que no se podía contemplar la vida sin la violencia», indicó San Ginés.
Lenin muere
En 1930 Lenin muere y Japón aparece como una potencia nueva, con raíces culturales compartidas con China y que se ve con posibilidades de poder gobernarla.«La situación que se vive entonces es muy diferente a lo que ocurre en Occidente con el Crak del 29 y Hitler», señaló San Ginés.
Los planteamientos ideológicos de Mao orientaban la idea del comunismo hacia el campesinado, a diferencia de la Unión Soviética, que daba un mayor protagonismo a la clase obrera.
Durante la conferencia, San Ginés recomendó varias películas y libros centrados en las distintas épocas que atravesó China hasta conseguir el Estado Moderno. Entre ellas destaca la película ‘‘55 días en Pekín’’, donde aparecen los grupos de sociedades secretas.
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