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La UB participa en el Año Polar Internacional

– La UB participa en el Año Polar Internacional

El pasado mes de marzo se inauguró en París el IV Año Polar Internacional (IPY, en inglés), un ambicioso programa de investigación a escala internacional que potenciará, hasta 2009, el estudio de las áreas polares del planeta, es decir, el Ártico y la Antártida. Sus precedentes históricos se hallan en las ediciones anteriores del Año Polar Internacional (1882 y 1932) y del Año Geofísico Internacional (1957).

El pasado mes de marzo se inauguró en París el IV Año Polar Internacional (IPY, en inglés), un ambicioso programa de investigación a escala internacional que potenciará, hasta 2009, el estudio de las áreas polares del planeta, es decir, el Ártico y la Antártida. Sus precedentes históricos se hallan en las ediciones anteriores del Año Polar Internacional (1882 y 1932) y del Año Geofísico Internacional (1957).

Participantes
España participa por primera vez en la campaña, impulsada por el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU) y por la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Para los científicos, ésta es una oportunidad histórica para acercar las fronteras de la ciencia a la investigación sobre los casquetes polares, y para conocer mejor la influencia de los procesos geológicos y climáticos de los polos terrestres a escala planetaria.

«Nos interesa más ir a los polos que al ecuador porque en los extremos de la Tierra hay fenómenos que son básicos en climatología», comenta el geólogo Angelo Camerlenghi, del Departamento de Estratigrafía, Paleontología y Geociencias Marinas de la UB. Camerlenghi es coordinador de SVAIS, uno de los cinco proyectos científicos impulsados por el IPY desde Cataluña. Profesor de investigación de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA), Camerlenghi es miembro del Grupo de Investigación de Geociencias Marinas de la UB, dirigido por Miquel Canals en la Facultad de Geología y en el Parque Científico de Barcelona. Experto en oceanografía geológica, geología y geofísica de los márgenes continentales, en especial de las áreas polares, Camerlenghi también ha estudiado las propiedades de los sedimentos —hidratos de gas, etc.— que causan inestabilidad en los taludes submarinos. A bordo del barco /BIO Hespérides/, entre julio y agosto de 2007, estudiará el margen continental de las islas Svalbard, en el estrecho de Fram del océano Ártico, en el marco del proyecto SVAIS del programa oficial del IPY.

«Las áreas polares son importantes porque regulan gran parte del sistema climático», comenta Camerlenghi. «En los polos hay capas de hielo que sobreviven al calentamiento natural, es decir, no antropogénico. Si estudiamos este hielo, encontraremos información sobre cómo era la atmósfera, el clima, la temperatura, el nivel de dióxido de carbono, metano, etc., hasta hace un millón de años, que es la edad más antigua del hielo más profundo que encontramos en la Antártida. Se aprende mucho de los estudios antárticos, porque en la Antártida todavía podemos observar los procesos que actuaban en las épocas glaciales en el Ártico y en el norte de Europa. Más activamente, los polos son el motor del movimiento de la circulación oceánica a escala planetaria».

Las islas Svalbard, en el océano Ártico, cuentan con una posición estratégica. Están separadas de Groenlandia por el estrecho de Fram, la única vía de intercambio de las aguas oceánicas frías del Ártico y las del Atlántico, que son más cálidas. SVAIS estudiará los cambios climáticos y ambientales naturales que se han ido produciendo en los fondos marinos del sudoeste de las islas Svalbard, en Noruega, desde hace aproximadamente tres millones de años hasta la desglaciación más reciente, entre 20.000 y 10.000 años. «Si conocemos la evolución natural del sistema oceanográfico y glacial en épocas pasadas más cálidas —comenta Camerlenghi— podremos entender mejor los cambios causados por el hombre y lo que nos espera en un futuro próximo».

Se trata de un área de topografía poco conocida por los científicos y ligada a episodios pasados de desprendimientos marinos. En SVAIS, se confeccionarán cartas batimétricas para conocer la topografía del fondo marino y se aplicarán los criterios para identificar dónde se encuentran los depósitos glaciales. «Se sabe muy poco del relieve de los fondos marinos, que ocupan las dos terceras partes de la superficie terrestre:sabemos más de la topografía del planeta Marte que del relieve submarino de la Tierra», añade Camerlenghi. El margen continental de Noruega es también el reservorio más importante de petróleo y gas que hay en Europa. En esta zona son frecuentes las acumulaciones de hidratos de gas, que pueden provocar inestabilidad en los fondos marinos. En este enclave se han registrado algunos de los episodios más espectaculares de todo el planeta, como el caso de Storegga, en Noruega, una catástrofe submarina de hace unos 7.000 años que creó un /tsunami/ de olas de decenas de metros que llegaron a las costas de Escocia y del mar del Norte.

SVAIS contará con un equipo de científicos internacional y multidisciplinar formado por investigadores de la UB (Antoni Calafat, Roger Urgeles, Isabel Cacho, etc), la Universidad de Salamanca, el Instituto de Investigaciones Químicas y Ambientales de Barcelona (IIQAB), el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Instituto Nacional de Oceanografía y Geofísica Experimental (OGS) de Trieste, y las universidades de Svalbard y Tromsø (Noruega). Además del proyecto SVAIS, hay otros investigadores de la UB que colaboran en los proyectos SEDCLIM, CLIMANT y EPPASOC, dirigidos respectivamente por Carlota Escutia (CSIC-Universidad de Granada), Enrique Isla (ICM-CSIC) y Jesús Galindo (Universidad de Granada).
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