El trabajo interdisciplinar resuelve el 82% de problemas con los fármacos
Una vez más se demuestra que la colaboración interdisciplinar entre médicos y farmacéuticos consigue mejorar los resultados en salud de los pacientes en relación a su medicación. Así se refleja en un estudio de seguimiento farmacoterapéutico (SFT) a pacientes polimedicados financiado por la Consejería de Sanidad de la Junta de Extremadura y realizado en dos centros de atención primaria de Olivenza y San Vicente de Alcántara, en Extremadura, que consiguió resolver el 82 por ciento de los problemas relacionados con la medicación de los pacientes.
En el proyecto participaron un total de diez médicos, diez enfermeros, cinco administrativos y cuatro farmacéuticos de los equipos de primaria de ambos centros, cuya relación fue muy buena, según explica a CF Marciana Gómez, farmacéutica de Badajoz y coordinadora del estudio junto a Antonio Villafaina, farmacéutico de primaria de la misma provincia. De hecho, este buen entendimiento se refleja en los datos del estudio que hablan de más del 90 por ciento de aceptación por parte del médico sobre el cambio en la terapia de los pacientes adheridos al programa.
El valor de estos resultados y el trabajo realizado entre los profesionales sanitarios de los centros de salud participantes han servido para que el estudio se publique en el número de febrero de la revista The Annals Pharmacoteraphy, artículo que avala el método español de clasificación de problemas asociados a la medicación defendido por el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada como una herramienta útil para mejorar la calidad de vida de los pacientes polimedicados.
Como adelanta a CF Gómez, «es una herramienta útil, pero no unificada internacionalmente». En su opinión, «esta conclusión hace pensar en la necesidad de crear e implantar un lenguaje común entre todos los países y consensuar unos términos que describan lo mismo y faciliten el entendimiento entre profesionales». Sobre este asunto Gómez prepara una tesis doctoral que intentará dar solución a este problema.
Sí es cierto que, como afirma Gómez, «en este estudio los farmacéuticos participantes contaron con una ventaja muy importante que, por desgracia, no ocurre en la farmacia comunitaria ni en muchos otros centros de salud, y es que obtuvimos un permiso especial para acceder al historial clínico de los pacientes».
En el estudio participaron 422 personas que tomaban como mínimo cinco medicamentos, de los que en su mayoría fueron ancianos.
Antes de iniciar el estudio, indica Gómez, «se le explicó a cada uno de los pacientes en qué iba a consistir el SFT de su medicación, las ventajas y los compromisos que debían asumir para obtener los mejores resultados».
Hay que señalar además que, durante el estudio, se estableció un circuito entre los profesionales para que el médico interviniera en caso de solucionar algún problema asociado a la medicación.
Además, si tras revisar la terapia, se veía que no era necesaria la intervención del médico por tratarse de un caso de incumplimiento de la pauta prescrita o de una mala utilización del medicamento, el farmacéutico complementaba su intervención con educación sanitaria tanto con hábitos dietéticos como con consejos sobre la utilización de sus medicamentos, ya que, según Gómez, «durante el trabajo se pudo observar un gran desconocimiento en este sentido».
Tándem efectivo
Según el estudio, de los 245 problemas relacionados con la medicación detectados, la mayoría se debía a enfermedades cardiovasculares (en un 32 por ciento) y del aparato digestivo y metabólico (en un 29 por ciento). De todos ellos, se intervino en 215 ocasiones y se revolvieron 176, lo que equivale a un 82 por ciento.
Este estudio y sus resultados demuestran, una vez más, que el trabajo en equipo obtiene resultados y que debería extenderse en todos los ámbitos posibles, un objetivo con el que hace pocas fechas se volvió a comprometer el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos. El ejemplo más reciente que intenta plasmar esta colaboración y que en este caso implica al farmacéutico comunitario, es el convenio firmado entre el COF de Barcelona y la Sociedad Catalana de Medicina Familiar y Comunitaria para potenciar la gestión interprofesional en el ámbito de primaria.
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