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El seguimiento a niños en farmacias es muy sencillo, pero está poco protocolizado

SALUD INFANTIL. Un grupo de expertos en atención farmacéutica publica una guí­a sobre las pautas de actuación en niños sanos
El seguimiento a niños en farmacias es muy sencillo, pero está poco protocolizado

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Las infecciones pediátricas más susceptibles de contagiarse en las guarderí­as son las que en general revisten menos gravedad y las más consultadas en las farmacias españolas. Según puso de manifiesto la primera encuesta Enfermedades Pediátricas en la Población Española, realizada por el Instituto Médico de Estudios Cientí­ficos (Inesme) en 2002, las patologí­as más consultadas en las boticas en niños de hasta 5 años son las otorrinolaringológicas (la faringitis, la bronquitis, la gripe y la otitis) seguidas de la varicela y la conjuntivitis, pero muchos padres también acuden a consultar cuadros más complicados como la peritonitis, la neumoní­a, enfermedades digestivas, crisis asmáticas y la meningitis.

Marga Castillo

El motivo es que las farmacias se convierten para los padres en una consulta más. Para Laura Monzón, miembro del Grupo de Investigación en Farmacia Práctica de Valencia y farmacéutica comunitaria en esta ciudad, la atención farmacéutica en la población pediátrica no sólo es un campo abonado para indicación farmacéutica y alivio en síntomas menores en cuadros patológicos, sino también en el mantenimiento de la buena salud del niño. Monzón es una de las autoras de la Guía de Atención Farmacéutica sobre Niño Sano, patrocinada por Bayvit y editada por María José Faus y Laura Tuneu, del Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granda.

Pocos niños

El trabajo surgió a raíz de observar que aún hay pocos niños en seguimiento en farmacias, a pesar de que contamos con muchas facilidades para registrar la evolución de un niño sano, explica Monzón a CF. Nuestra intención es ayudar a todos los farmacéuticos a tomar decisiones para colaborar en el mantenimiento de la buena salud pediátrica y para animarles a poner en práctica proyectos de seguimiento a niños, puesto que la farmacia es un lugar idóneo y accesible para las familias. Según ella, lo más habitual es que se emprendan campañas de seguimiento más complejas, como las personas mayores polimedicadas, cuando en niños es más fácil por la frecuencia y periodicidad con la que acuden los padres a la farmacia a vigilar el peso de sus hijos, por ejemplo.

Áreas prioritarias

A juicio de Monzón, los cuidados del farmacéutico con estos niños son muy habituales y la educación sanitaria que se realiza a título individual también es frecuente, así como el seguimiento farmacoterapéutico, pero esta práctica está aún poco protocolizada.

La guía es una herramienta más que se suma a otros protocolos sobre síntomas menores y manuales higiénico-dietéticas que ha elaborado este grupo. Las áreas en las que es más factible y asequible la atención farmacéutica en niños sanos, y sobre las que versa el trabajo realizado por este grupo de expertos, señala Monzón, son la monitorización del crecimiento correcto, la valoración del estado nutricional, la información sobre vacunas [el 3 por ciento de los padres se asesora sobre ellas en las farmacias, afirma la última encuesta del Inesme], las pautas sobre fotoprotección, el cuidado de la piel, la correcta hidratación del lactante y el alivio de síntomas menores mediante fármacos que no necesitan prescripción médica.

La lactancia y el biberón, en su justa medida

Comenzar los buenos hábitos alimentarios el primer año de vida ayudará a establecer patrones de alimentación saludable para siempre. Tal como explica la Guía de Atención Farmacéutica sobre Niño Sano, realizada por el Grupo de Investigación en Farmacia Práctica de Valencia y coordinada por el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada, la lactancia materna es el alimento ideal durante el primer semestre. Debe comenzar en los 30 minutos posteriores al parto y el bebé debe ganar una media de 150-200 gramos semanales las primeras semanas. La guía aconseja la lactancia intentando respetar el periodo nocturno de 6 horas para el descanso materno, aunque no siempre es imprescindible. Cuando la madre no puede criar al niño de forma natural, las fórmulas de inicio y continuación asemejan la nutrición materna. La guía recomienda no dar leche de vaca a los menores de un año por su alto contenido en sodio, lo que sumado a la escasa capacidad renal del bebé puede causar complicaciones. Asimismo, hay que tener cuidado con la elaboración de los biberones, ya que continúan llegando a los hospitales niños de uno y dos meses con cuadros de deshidratación y acidosis por no haber respetado las concentraciones de la leche en polvo.

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