«El feto está con la mujer pero no es la mujer»
Antes de comparecer en la subcomisión del Congreso que estudia la reforma de la ley del aborto, Moratalla, propuesta por el PP, destacó que la interrupción del embarazo «es siempre un drama para la mujer» y añadió todas las que abortan, tanto voluntaria como involuntariamente, sufren «en mayor o menor medida» algún tipo de trastorno psicológico.
Según dijo, el riesgo de alteraciones aumenta entre un 4,3 y un 16,6 por ciento en las mujeres que abortan de forma no natural, pudiendo sufrir «fobias, ataques de pánico, ansiedad y depresión». Además, destacó la correlación entre el aborto y el suicidio y el abuso el alcohol y las drogas, por lo que pidió que se informe claramente a las mujeres de las posibles consecuencias físicas y psicológicas de abortar.
López, hizo hincapié en la llamativa «desaparición masiva de niños nacidos con Síndrome de Down» y dijo que «la eliminación de embriones no conformes a una determinada regla de normalidad les niega su derecho a vivir como son».
Por su parte, la catedrática de microbiología de la Universidad de Granada y miembro de la Real Academia de Medicina, Carmen Maroto Vela, propuesta por el PP, defendió que el embrión es un ser vivo porque biológicamente la mujer y el niño son dos entidades distintas. «El feto está con la mujer pero no es la mujer», indicó.
Además, consideró que es «una incoherencia que una mujer que aborta tenga todas las garantías y todos los derechos, y que una mujer que alumbra a un feto vivo y lo deja en la basura se la persiga».
También calificó de «contradicción que las mujeres aborten a fetos con malformaciones compatibles con la vida cuando hace tan sólo unos días se celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad y todo el mundo el mundo defendía sus derechos».
Así, la directora general de la Asociación Salud y Familia, Elvira Méndez, propuesta por el PSOE, ha dicho los países en los que existen leyes restrictivas, como España y Sudamérica, «lo único que se consigue es desplazar los abortos a la clandestinidad, lo que pone en peligro la vida, la salud y la dignidad de las mujeres».
Ante el aumento de abortos en España, propuso priorizar las políticas de prevención y educación sobre todo entre las adolescentes e inmigrantes y facilitar el de acceso a los contraceptivos más modernos, «de probada efectividad», como son el dispositivo intrauterino y el implante hormonal, que no están en la cartera de servicios de la sanidad pública española.
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