Aprender idiomas es el «mejor gimnasia cerebral», ya que no sólo proporciona la capacidad de comunicarse con otros, sino previene demencias seniles como el Alzheimer, aseguró un panel de expertos en Washington.
ImagenDurante la reunión anual de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS), los investigadores indicaron que los estudios realizados con individuos en diferentes etapas de aprendizaje, desde los bebes hasta los adultos, demostraron que las personas bilingües tienen mayores capacidades de concentración y aprendizaje.
Los idiomas requieren estructuras cognitivas diferentes, pero está demostrado que los niños que aprenden dos idiomas, ya sea castellano y catalán, que tienen una raíz común, o dos idiomas totalmente diferentes, inglés y francés, tienen la memoria activa en todo momento, afirmó la doctora María Teresa Bajo del departamento de sicología experimental de la Universidad de Granada.
Alternar entre las lenguas permite a las personas bilingües ejercer sus mentes de manera más eficaz que las personas que hablan un solo idioma, aseguró.
Pero no sólo ser bilingüe, sino también aprender un idioma de adulto puede ayudar a retrasar los efectos del envejecimiento, según explicó la doctora Ellen Bialystok, profesora de Psicología de la Universidad de York en Toronto (Canadá).
Estudio en pacientes con Alzheimer
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Bialystok mostró los resultados de un estudio realizado con 450 pacientes con Alzhemier. La mitad había hablado dos lenguas la mayor parte de su vida y el resto sólo una y encontró que, a las personas que hablaban más de un idioma empezaron a mostrar los síntomas y se les diagnosticó la enfermedad entre cuatro y cinco años más tarde.
La doctora coincidió en señalar que una de las razones por las que el bilingüismo es un potente mecanismo de protección de los síntomas de demencia es que mantienen el cerebro activo.
«Son como un gimnasio para el cerebro», recalcó.
Pero Bialystok señaló que no hace falta ser bilingüe para disfrutar de los beneficios que aportan los idiomas ya que incluso aunque se empiece a estudiar a los 50 años o a edades en las que es poco probable que se llegue a ser bilingüe «se está contribuyendo a una reserva cognitiva a través de actividades muy intensas», dijo.
Los estudios neuronales de las personas bilingües abren una nueva vía para identificar las partes más débiles del cerebro en los adultos a la hora de aprender un idioma y potenciarlas.