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La Junta requiere al Ministerio que modifique el deslinde de Doñana

La Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía ha  formulado un requerimiento al Ministerio de Medio Ambiente y Medio  Rural y Marino (MARM), como paso previo a la interposición de un  recurso contencioso administrativo, para que revoque el deslinde del  tramo de la costa de Doñana, publicado en el Boletín Oficial del  Estado (BOE) el pasado 2 de septiembre, y dicte uno nuevo modificando  su contenido.

Según ha informado este departamento en un comunicado, la Junta se  suma en el escrito a los argumentos ya empleados en las alegaciones  presentadas en su momento por el Organismo Autónomo de Parques  Nacionales o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas  (CSIC) para que el deslinde quede fijado «arrancando del punto del  anterior deslinde en el extremo sur de Matalascañas, siguiendo el  borde interno del primer cordón dunar hasta la desembocadura del  Guadalquivir y remontando por el estuario continuando la línea  alcanzada por la línea de la máxima pleamar equinoccial hasta el  límite sur de la marisma de Doñana, que será objeto de otro deslinde  en el futuro próximo».

De este modo, la Administración andaluza, que detenta las  competencias sobre el Parque Nacional de Doñana desde el año 2006,  considera que el deslinde planteado por el Ministerio, que comprende  un tramo de costa de unos 34.730 metros desde Matalascañas, en  Almonte (Huelva) hasta la desembocadura del río Guadalquivir en  Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), «excede notablemente el dominio  público marítimo terrestre».

Hay que tener en cuenta, que el deslinde que propone el Gobierno  central no se limita a la franja litoral, sino que comprende, además,  4,8 kilómetros tierra adentro del Parque Nacional de Doñana,  abarcando todo el cordón de dunas desde Matalascañas hasta la  desembocadura del río Guadalquivir.

A juicio de la Junta, «científicamente queda acreditado que las  dunas que han sido incluidas en el deslinde, salvo el primer cordón  dunar, históricamente han sido dunas estabilizadas y deben ser  consideradas hoy día dunas continentales, más que litorales, puesto  que, salvo el primer tren de dunas, ya no existe influencia de dichas  dunas con la ribera del mar ni recibe de la misma aporte de  materiales».

De la misma manera, la Junta entiende que «no puede quedar  incluido en la ribera del mar todo el sistema de navazos, matorrales,  alcornocales y pinares maduros que desde hace siglos constituye una  vegetación consolidada en terrenos con aprovechamientos productivos  ganaderos y forestales».

En este sentido, la Administración autonómica señala la  «incoherencia» que supone calificar como ribera de mar a dichos  terrenos, que «están a kilómetros tierra adentro y que no tienen una  función de defensa o protección respecto a la playa y su zona  marítimo terrestre».

Asimismo, plantea en su escrito que, con el actual deslinde, la  Administración del Estado «estaría actuando contrariamente a sus  propios actos, ya que éstos no dejan lugar a dudas de que el Estado  ha considerado como excluido de la ribera del mar buena parte del  territorio deslindado, pues ha sido la propia Administración del  Estado la que ha expropiado y adquirido numerosos terrenos que hoy  pretende como de dominio público».

Finalmente, la Junta aduce que «no existen argumentos de  protección ambiental que puedan aconsejar hacer valer una  interpretación extensiva de lo que es la ribera del mar», pues «en  todo momento se habla de terrenos que son objeto de una especial  protección por razón de la normativa relativa al Parque Nacional de  Doñana y al Espacio Natural de Doñana».

Con este paso, la Junta de Andalucía agota el último instrumento a  su alcance antes de interponer un recurso contencioso-administrativo  contra el deslinde, para lo que cuenta con un plazo de dos meses que  expira a principios del próximo mes de noviembre.  «DISCREPANCIAS FORMALES»
El Gobierno andaluz ha mostrado sus «discrepancias» contra el  deslinde propuesto por el MARM desde el primer momento, concretamente  desde que en 2007 el MARM incoara un expediente al respecto.

No obstante, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio  Griñán, ha matizado en numerosas ocasiones que este desencuentro se  limita a una «cuestión de forma» y no supone la existencia de  «desconfianza» entre ambas administraciones, que coinciden en la  necesidad de dar la «máxima protección» al Parque de Doñana, algo que  ha respaldado la propia La ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y  Marino, Elena Espinosa.

Espinosa ha asegurado que esta iniciativa «no afecta a las  competencias de la Junta sobre el Parque» y ha destacado que con esta  medida se consigue una «doble protección» del espacio, que de esta  forma será Parque Nacional y Domino Público Marítimo Terrestre.

Frente al rechazo del Gobierno andaluz se han posicionado a favor  del Ministerio entidades científicas o diferentes colectivos  ecologistas. Tal es el caso del catedrático de la Universidad de  Granada (UGR) Miguel Angel Losada, científico al que la Junta y el  MARM encargaron un informe sobre la idoneidad del deslinde y que  respalda la propuesta del Gobierno central al establecer que debe  «respetarse la integridad geomorfológica y funcional del sistema  dunar del estuario y de cada una de sus partes».

Así, en dicho informe, este experto en ingeniería de puertos y  costas, afirma que «el brazo arenoso de Doñana, sus riberas del lado  del mar y del lado del estuario, los caños y las lagunas marales, así  como los ríos y los arroyos están relacionados entre sí y forman un  sistema físico inseparable».

«Un deslinde más completo»
Del mismo modo, el director de la Estación Biológica de Doñana  (EBD), organismo dependiente del Consejo Superior de Investigaciones  Científicas (CSIC), Fernando Hiraldo, se ha inclinado hacia la opción  planteada por el MARM, aunque considera que el deslinde debería de  ser «más completo, abarcando, además de la zona dunar, la marisma y  algunas zonas de arrozal».

No obstante, ha criticado la «urgencia» con la que el Ministerio  pretende hacer efectivo el deslinde, sin llegar previamente a un  acuerdo con la Junta, ya que «puede dar la impresión de que el  Ministerio quiere recuperar competencias sobre el Parque Nacional».

Asimismo, las organizaciones ecologistas se han posicionado de  parte del MARM, pues consideran que, con esta actuación, «se refuerza  la protección» del enclave natural, ya que «los nuevos usos y  actividades tendrán que contar con el visto bueno de la Dirección  General de Costas, más conservacionista que la Junta», entre ellos,  la propuesta del Ayuntamiento de Almonte de unión terrestre entre  Matalascañas y Sanlúcar a través de la playa.

No obstante, en línea con la tesis del CSIC, apuestan por laampliación de este deslinde, llegando hasta la franja del espacio  incluido en la provincia de Sevilla, una zona con «importantes  conflictos en el uso del suelo».

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