Según un informe realizado en la Universidad de Granada, los adolescentes que estudian en colegios privados utilizan estrategias de tipo emocional y más útiles a la hora de solucionar sus propios problemas que los que asisten a centros públicos. Además, también afrontan mejor la resolución de esos problemas. Ahora hay que constatar si este comportamiento puede influir directamente en la conducta de los jóvenes ante otros riesgos como las drogas.
La disyuntiva entre centros públicos o privados de enseñanza va más allá de la propia formación académica que los jóvenes pueden recibir. Según se pone de manifiesto en un estudio realizado por la Universidad de Granada, el tipo de centro de enseñanza al que acuden los adolescentes, bien sea público o privado, tiene una influencia y relación directa en su comportamiento y en aspectos concretos como las medidas y estrategias que emplean para hacer frente a sus problemas, además de en su actitud a la hora de hacerles frente.
Este estudio, que ha sido recientemente publicado en la revista Psicothema, ha sido realizado por María Paz Bermúdez, Inmaculada Teva y Gualberto Buela-Casal, todos profesores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada. Para su realización se ha utilizado una muestra formada por alrededor de 4.456 adolescentes españoles, que tenían edades comprendidas entre los 13 y 18 años y que estudiaban Secundaria. De ellos, el 47,3% eran varones, mientras que el 52,7% eran mujeres. Además, el 67,6% asistía a centros de enseñanza públicos y el 32,4%, a centros privados.
Los resultados de este estudio reflejan que los adolescentes que estudian en colegios privados se enfrentan a sus problemas en mayor medida utilizando estrategias de tipo emocional entre las que figuran, principalmente, buscar apoyo espiritual, estar con amigos o solicitar ayuda de profesionales.
Además, sus estrategias son también más útiles que las de los jóvenes que asisten a los colegios públicos. Se trata de estrategias que se centran en resolver el problema, buscar distracciones físicas como hacer deporte o fijarse en los aspectos positivos de la situación que inicialmente puede suponer un problema, entre otras opciones.
En opinión de María Paz Bermúdez, una de las investigadoras de la Universidad de Granada encargada de la realización de este estudio con adolescentes, «los resultados obtenidos demuestran que el tipo de centro público o privado puede influir en la conducta de sus alumnos a través de la diferente organización social, cultural o educativa que cada instituto puede tener».
De esta manera, se establece una relación directa entre el centro al que acuden a estudiar los jóvenes y su forma de enfrentarse a los problemas. Un dato que es especialmente importante porque, según María Paz Bermúdez, «un mal afrontamiento de los problemas puede llevar a que la persona, en este caso el adolescente, se implique en conductas que ponen en peligro su salud, como por ejemplo, drogas, conductas delictivas o conductas sexuales de riesgo».
Un estudio que con sus resultados abre ahora las puertas a más vías de investigación para determinar cómo la manera que tienen los adolescentes de afrontar los problemas puede influir en su comportamiento ante situaciones de riesgo específicas como el consumo de drogas o la sexualidad.