Los impuestos han sido y siguen siendo uno de los grandes caballos de batalla de las medidas anticrisis del Gobierno. A principios de año y a través de los Presupuestos Generales del Estado 2010 se aprobaron una serie de acciones para mejorar las cuentas públicas que incluían una polémica subida del IVA. En concreto, el Ejecutivo acordó modificar dos de los tres tipos de IVA. De esta forma, el IVA general, que se aplica por defecto a todos los productos y servicios, aumentaba dos puntos porcentuales hasta el 18%, mientras que el IVA reducido, destinada a alimentos en general, transporte de viajeros, viviendas, peluquerías, dentistas y complementos para el diagnóstico, subía un punto hasta el 8% mientras que el tipo superreducido permanecía inamovible. [Ver cursos de IVA]
Para dar un respiro a los consumidores, el Ejecutivo decidió retrasar la entrada en vigor de la subida de IVA hasta el 1 de julio y una vez ha llegado la fecha no han faltado las críticas. Las más comunes apuntan a su efecto nocivo sobre el consumo. Entre los detractores de estos cambios se encuentra el IESE. Un estudio de la escuela de negocios titulado ‘La subida del impuesto sobre el valor añadido en España. Demasiado cara y demasiado pronto’ apunta a que la medida no beneficiará a la economía nacional.
Los autores del estudio son Javier Díaz-Giménez (IESE), Juan Carlos Conesa (Universidad Autónoma de Barcelona), Julián Díaz Saavedra (Universidad de Granada) y Joseph Pijoan Mas (CEMFI-CEPR). En su informe indican tras simular la economía española a través de modelos teóricos, que la subida de tipos encarece el consumo y reduce la actividad económica y por lo tanto en el valor de cada hora trabajada. Esto tiene un efecto inmediato en la ya golpeada productividad española. Según sus datos, la producción española bajará un 0,52% con la subida de IVA y la de las horas trabajadas un 0,75%.
Aunque en teoría se trata de un impuesto equitativo, que afecta a todos por igual y sólo grava el consumo, desde IESE creen que los jubilados y las rentas más bajas serán los más perjudicados. Y es que quienes menos tienen notarán más este aumento.
El consumo también disminuye en un 1,1% debido al aumento de precios. La simulación de la subida de los tipos predice que se producirá un pequeño repunte en 2009, que es el año del anuncio. Esto se debe a que el hogar adelanta sus gastos de consumo porque en períodos posteriores serán más caros
Al final, todos estos cambios quedarán reflejados en la recaudación del Estado. Mientras el tipo sobre el consumo ha aumentado en un 12,5%, los ingresos del impuesto sobre el consumo no aumentan proporcionalmente y se quedan en un 10,5%. Y lo que es peor, la recaudación total acaba subiendo tan sólo un 1,7%, porque el aumento de la recaudación del impuesto sobre el consumo, se compensa parcialmente con la reducción de la recaudación de los impuestos sobre las rentas del capital y del trabajo.
El cambio impositivo también será mayor sobre los mayores, ya que en términos relativos, los menores de 41 años apenas pagarán un 0,3% más de impuestos, mientras que para los mayores de 61 años la subida ascenderá al 5,2%. Las diferencias son más que significativas y lo peor es que crecen al comparar a trabajadores en activos y pensionistas. Para la población activa esta subida apenas supone un aumento del 1% de la carga fiscal, por término medio. La subida para los jubilados y discapacitados será cerca de ocho veces mayor.
Esta relación se explica por la regresividad del impuesto, que hace que de forma proporcional el consumo de los más desfavorecidos se vea más afectado.
Pero lo peor de todo es que la subida del IVA no servirá para aumentar la recaudación en la medida que espera el Gobierno. Los datos del IESE apuntan a que los ingresos sólo subirán un 1,7% porque el aumento del impuesto se verá compensado parcialmente por la reducción de la recaudación o, dicho de otra forma, por la caída del consumo.
En los escenarios diseñados por el estudio, el consumo disminuye un 1,1% debido al aumento de precios. En realidad, los ingresos no aumentan de forma proporcional a la subida de los impuestos. Al final, la recaudación sólo sube el mencionado 1,7%.