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Los andaluces somos “juerguistas y graciosos”, según los estudiantes de otras comunidades

Los andaluces somos “juerguistas y graciosos”, según los estudiantes de otras comunidades

Alegres, abiertos, amantes de su tierra y hospitalarios… pero también juerguistas y graciosos. Así nos ven a los andaluces los estudiantes de otras regiones, según un informe realizado por la profesora del departamento de Antropología Social de la Universidad de Granada, Aurelia Martín. Un trabajo de campo cuyos resultados ponen de manifiesto que las representaciones mentales negativas persisten: la más detestada es, posiblemente, la que nos tacha de ‘vagos’. No en vano, este calificativo ocupa el décimo noveno puesto en una lista de ochenta adjetivos. Esto indica que “un buen número” de alumnos “aún tiene esta percepción”, según sostiene la directora del estudio, quien asocia dicha visión a una “muy probable vinculación de los términos vago y desempleado”.

Al objeto de esclarecer qué opinan los andaluces de sí mismos y, sobre todo, cómo los describen los estudiantes del resto de España y los extranjeros, fueron encuestados 727 alumnos de los dos últimos cursos de la Facultad de Letras de Granada, que participaron en el estudio ‘Estereotipos y prejuicios sobre la población andaluza’. Entre sus conclusiones más sorprendentes destaca que el acento de los habitantes de esta comunidad se entiende como “una barrera discriminatoria en el ascenso social”. De hecho, los universitarios autóctonos estiman que es el causante de que el resto de los españoles crean que son “incultos”.

Los alumnos extranjeros que colaboraron en este proyecto también confesaron tener una imagen bastante estereotipada de una región en la que el flamenco y el folclore parecen ser los elementos protagonistas. Sin embargo, admitieron haber cambiado de opinión al vivir aquí, aunque muchos consideran que los andaluces “hablan a gritos y que el ruido, en general, es un problema importante.

El problema más grave asociado a este territorio es el paro y la precariedad laboral, según el 66,11 por ciento de quienes participaron en el citado sondeo; una conexión que no se debe al temor que hoy en día aqueja a muchos ciudadanos a causa de la crisis económica, pues la opinión de los estudiantes fue captada en octubre de 2007, cuando esta situación no había sido retratada aún por los medios de comunicación. Los estudiantes andaluces son quienes destacan mayoritariamente esta traba (67 por ciento), frente a los procedentes de otras regiones (48 por ciento) u otros países (32 por ciento) que “no se mostraron intranquilos al no tener intención de trabajar en Andalucía”, explica Aurelia Martín. No obstante, dos alumnas, una francesa y una belga, apuntaron lo siguiente: “se gana muy poco dinero en comparación con el precio de la vida”, lo que relacionaron a la precariedad laboral.

Incultura y analfabetismo

La incorrecta gestión de la inmigración y una educación deficiente, que han llegado a calificarse de “incultura y analfabetismo”, son los otros dos aspectos negativos de la comunidad más resaltados, que encabezan una lista de doce. Entre ellos no se encuentra el terrorismo, que ha pasado “a un segundo término y sólo fue señalado por dos alumnos”.

Los mecanismos empleados para el desarrollo de este informe son innovadores, afirma la profesora Martín, porque además de la típica encuesta, se crearon tres grupos de discusión que separaban a los andaluces, al resto de españoles y a los participantes foráneos, cuyas opiniones fueron grabadas. Para extraer las conclusiones se “combinaron las técnicas cuantitativas y cualitativas para corregir los sesgos de la investigación de cada método”, arguye la directora del estudio.

El desencadenante del proyecto fue la negativa de una alumna brillante a exponer su trabajo porque se avergonzaba de su acento. Esto provocó en la profesora la necesidad de “otorgarle un valor positivo al andaluz para que los jóvenes que se proyecten con fuerza hacia el futuro”. El estudio ha sido financiado por el Centro de Estudios Andaluces, perteneciente a la Junta de Andalucía.
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