La investigación Inmigrantes marroquíes instalados en Andalucía. Una investigación colectiva 2007-2010 ofrece un riguroso análisis del fenómeno migratorio marroquí en Andalucía describiendo su evolución, distribución geográfica, zonas de origen, redes sociales y condiciones laborales. Un acercamiento necesario para conocer en profundidad al segundo colectivo más numeroso asentado en Andalucía tras los ciudadanos británicos.
El Centro de Estudios Andaluces ha presentado los resultados de una investigación destinada a analizar en profundidad el perfil sociodemográfico de la población marroquí asentada en Andalucía, en el marco del Seminario Relaciones Marruecos-Andalucía. Escenario presente y posibilidades de futuro, organizado conjuntamente con la Fundación Euroárabe con motivo de la I Cumbre de la Unión Europea con Marruecos que se celebra los días 7 y 8 en Granada.
Marroquíes en Andalucía es un programa de investigación desarrollado entre 2007 y 2010, bajo la dirección científica del doctor en Antropología Social, Mokhtar Mohatar Marzok, y coordinado y financiado por el Centro de Estudios Andaluces. Se trata de un macro proyecto de carácter internacional en el que han colaborado un total de 32 investigadores, procedentes de Marruecos, Francia y Andalucía, además de otras instituciones como la Fundación Tres Culturas, la Dirección General de Políticas Migratorias de la Consejería de Gobernación, la Consejería de Educación y la Universidad de Granada.
La metodología de investigación desarrollada para recopilar la información es pionera en Andalucía y resulta de especial interés ante la carencia de trabajos relacionados con esta temática. Los resultados se presentan a partir de la explotación de tres sub-proyectos autónomos entre sí, denominados: Cartografía de origen e itinerarios de movilidad; Relatos de vida y horizontes biográficos; y Etnocontabilidad: Una familia andaluza.
Cartografía de origen e itinerarios de movilidad
Para esta primera fase de la investigación, cuyos resultados fueron avanzados en el número 40 de la Colección Actualidad del Centro de Estudios Andaluces, se realizaron un total de 1.514 cuestionarios, redactados en dariya (árabe dialectal marroquí), en un total de 42 municipios andaluces y realizados por un grupo de 18 marroquíes, reclutados en los propios municipios objeto de estudio.
De sus resultados se desprende que en los últimos 10 años se ha observado un continuo crecimiento de la población inmigrante marroquí en Andalucía, con un total de 92.712 personas censadas en enero de 2008, representando uno de los colectivos más importantes asentados en Andalucía (el segundo en número tras los ciudadanos británicos).
El perfil de los inmigrantes marroquíes que eligen Andalucía como destino es el de una población eminentemente masculina, de entre 30 y 50 años, que procede principalmente del norte de Marruecos, de la parte que correspondería al antiguo Protectorado Español (1912-1956). La zona norte de Marruecos con provincias como Tánger, Tetuán y Nador, se presenta en la actualidad como el principal punto de origen de la inmigración marroquí asentada en Andalucía, seguida de los núcleos urbanos auspiciados por el dinamismo de la ciudad de Casablanca y, en tercer lugar, por la zona central de Marruecos que se extiende por las provincias de Khouribga y Beni Mellal.
Esta primera parte del estudio arroja asimismo importantes conclusiones relacionadas con las condiciones laborales de la población marroquí y sus redes sociales. En primer lugar, habría que destacar, según los responsables del estudio, la concentración en torno al trabajo no cualificado (68% de los encuestados), siendo los sectores de la agricultura (34,6%) y la construcción (22,4%) los más comunes, seguidos por la hostelería (13,5%), el servicio doméstico (9,8%) y como empleados de algún establecimiento con propietario marroquí (8,8%). Respecto a la situación jurídica de los marroquíes en Andalucía, un porcentaje cercano al 80% afirma disponer de permiso de trabajo, el 12% se encontraría en situación no legalizada mientras que el 8% serían estudiantes.
Según el tipo de vinculación que mantienen, se trata de un colectivo que conserva importantes rasgos de cohesión, manteniendo fuertes lazos con su ciudad de origen y familia. Desde la partida, la mayor parte de la población estudiada contó con ayuda en el momento de decidir e iniciar el proceso de emigración. Una vez en España, se mantiene ese compromiso informando a sus compatriotas a lo largo de su periodo de estancia en nuestro país (64%) o acogiendo a alguno de ellos a lo largo del último año (30%). Respecto al contacto con su país, el 97% de la muestra mantiene contacto con Marruecos y el 82% envía dinero en algún momento para hacer frente a una necesidad. Las edades intermedias y relativamente más asentadas – de 30 a 49 años – son las que asiduamente envían dinero frente a los más jóvenes, que se encuentran sujetos a un proceso de inserción más reciente.
Relatos de vida y horizontes biográficos
El perfil de los sujetos obtenido del análisis de las encuestas previas abarcó un abanico amplio de “situaciones sociológicas posibles: solteros, prometidos, casados, divorciados, viudos, jóvenes, adultos, retirados, profesionales liberales, comerciantes, precarios, desvinculados de sus lugares de origen, implicados activamente en sus pueblos o barrios de procedencia, instalados definitivamente, o bien de paso, aquellos que vinieron buscando libertad, un salario regular, un amor o simplemente una aventura…”.
De ahí la necesidad de poner en marcha a un segundo equipo de investigadores concentrado en las experiencias derivadas del proceso migratorio de los sujetos, más allá de las restricciones propias de una metodología como la del cuestionario cerrado. En esta segunda fase de la investigación, basada en una técnica cualitativa desarrollada paralelamente al trabajo cuantitativo, se reconstruyen diferentes relatos de vida con la pretensión de cartografiar “aquellas propiedades sociológicas y experiencias más sobresalientes de un proyecto migratorio” y abrir nuevas perspectivas de un mismo fenómeno.
Así, entre algunas de las historias de vidas trazadas cabe destacar, entre otras, la de Hassan, campesino, originario de una provincia del sur de Marruecos e instalado en el litoral granadino como jornalero, una historia representativa de la emigración laboral. Si bien en un primer momento nos encontramos ante un proyecto clásico, con el paso de los años se verá sometido a nuevos retos, como un matrimonio con una mujer europea que le obliga a replantearse su proyecto migratorio y su estancia en España. La historia de Yamila, proveniente de una familia de artesanos de Marrakech, permite, por otra parte, explorar otros aspectos ligados a la emigración femenina. Una boda concertada por intermediación de su familia y el proyecto de reagrupar a su nuevo marido, constituye un fundamento para abordar aquellos procesos donde las relaciones de género se exponen, en relación a la sociedad de origen, a cambios importantes. O bien el relato de Ahmed, un menor no acompañado, introduce un fenómeno de reciente consolidación en España y que ha supuesto – en el marco de la protección a la infancia – el desarrollo de dispositivos institucionales específicamente destinados a la tutela de estos menores. Los recursos y competencias con los que estos menores hacen frente a su instalación son el hilo conductor de esta historia.
Etnocontabilidad. Una familia andaluza
Esta tercera fase, desarrollada por un grupo de investigadores de la Escuela de Altos Estudios de Paris, tiene como objetivo realizar un estudio tipo de la economía doméstica de una familia de inmigrantes, empleando para ello una metodología que permite analizar los diferentes aspectos materiales y simbólicos que integran la gestión cotidiana de un presupuesto familiar.
Como ejemplo, se ofrece el caso de una familia de inmigrantes marroquíes asentada en la Costa del Sol, y con la que los investigadores convivieron varios meses con el fin de llevar a cabo lo que denominan “contabilidad doméstica en su contexto”. La investigación se desarrolló en tres fases. Una primera fase, de observación intensiva y continuada en el seno familiar, que duró aproximadamente un mes; una segunda fase, de una semana, en la que los investigadores sometieron a juicio de la familia diferentes aspectos de la contabilidad y sus respectivas evaluaciones; y una última fase, en la que los investigadores realizaron un trabajo de campo en la sociedad de origen de la familia, en este caso, en una pequeña aldea en el norte de Marruecos, con la intención de comparar sus procesos de gestión.
Bajo este contexto, y contrariamente a lo formulado por los trabajadores sociales del municipio donde se desarrolló la investigación, los investigadores concluyen que el rol que juegan las mujeres en la gestión y producción del equilibrio presupuestario es fundamental. La mujer, en contra de las interpretaciones generalizadas (falta de formación, bajo dominio del castellano…) demuestra sobre la práctica la capacidad de innovación y adaptación para gestionar presupuestos en contextos diferentes a los que estaba acostumbrada.
A partir de los resultados de esta fase del estudio, los investigadores proponen un manual de antropología económica, en el que se desarrollan diferentes aspectos metodológicos de la investigación, que son susceptibles de ser aplicados a otros estudios sobre familias de toda condición nacional o social.