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“NOS CUESTA ALCANZAR LOS PUESTOS DE RESPONSABILIDAD, PORQUE A ELLOS SE LES SUPONEN LOS MÉRITOS, PERO NOSOTRAS TENEMOS QUE DEMOSTRARLOS”

CIENCIAS SOCIALES, ECONÓMICAS Y JURÍDICAS
8 de Marzo de 2006

PILAR BALLARIN, DIRECTORA DEL INSTITUTO DE ESTUDIOS DE LA MUJER DE LA UGR

“NOS CUESTA ALCANZAR LOS PUESTOS DE RESPONSABILIDAD, PORQUE A ELLOS SE LES SUPONEN LOS MÉRITOS, PERO NOSOTRAS TENEMOS QUE DEMOSTRARLOS”

Esta mujer enérgica y decidida es una feminista nata. Defiende la igualdad incluso en aquellos ámbitos, como el universitario y el de la investigación, donde, según ella, una masculina concepción del mérito impide mayor promoción a las mujeres. Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Ballarin reconoce que las féminas han avanzado bastante, pero la violencia hacia las mujeres, la pervivencia de desigualdad salarial, la doble jornada y las dificultades para alcanzar categorías laborales superiores demuestran que aún queda mucho camino por recorrer.

Carolina Moya
¿Cuándo arranca el centro y qué objetivos lo mueven?

Se crea como seminario de Estudios de la Mujer en 1984-85, ya que la organización universitaria en departamentos no contemplaba acoger la investigación interdisciplinar como en el caso de los Estudios de las Mujer. Nuestros objetivos eran y son promover y coordinar la investigación que se desarrolla en la Universidad de Granada en Estudios de las Mujeres y dar difusión a los nuevos conocimientos que producimos. Buscamos promover a las mujeres como objeto de conocimiento y como investigadoras, es decir, introducir en cualquier ámbito científico la perspectiva de género. Así perseguimos corregir una ciencia androcéntrica, en la que las mujeres no han participado, y dar explicación a las mujeres, que hasta este momento no habían sido objeto central de atención científica.

La directora del Centro de Estudios de la Mujer de la UGR, Pilar Ballarin

¿Cree que existe un avance real en la igualdad en cuanto a la investigación de las mujeres?

Sí, los avances se pueden observar en varios sentidos. Es palpable cómo hemos llenado de libros las estanterías, éstos se han multiplicado en cualquier biblioteca. Otro síntoma de cómo se ha avanzado es la permeabilización de algunas áreas de conocimiento, pues aunque en la práctica académica se note menos, quedan pocos espacios de investigación, coloquios, congresos, etc., en los que no haya aportaciones sobre las mujeres, feministas y de género.

El ámbito de la investigación y de la universidad, ¿sigue siendo un mundo de hombres?

Por supuesto que sí, la universidad es un mundo muy tradicional donde las prácticas asentadas son inevitablemente masculinas. El acceso de las mujeres a la universidad como alumnas no se produce hasta los años 60, cuando la universidad se abre a más sectores sociales. Esas alumnas son algunas de las que ahora ocupan plazas en la institución. No somos más del 34% y no estamos distribuidas por igual en todos los niveles, estamos sobre todo en las escalas más bajas. Si vas a las cátedras, no verás tantas mujeres como ayudando en los laboratorios.

¿A qué puede deberse este hecho?

A las mujeres, nos cuesta alcanzar los puestos de responsabilidad, porque a ellos se les suponen los méritos, pero nosotras tenemos que demostrarlos. En este sentido, la universidad se mantiene muy impermeable a los cambios sociales, al contrario que en política, donde se ha hecho mucha presión para establecer ciertos criterios de paridad y discriminación positiva, que obliguen a romper ese techo de cristal. Lo que podemos reclamar como un derecho ciudadano, la paridad, no se produce en los mismos términos cuando estamos en un ámbito donde lo que prima es el mérito. Ellos consideran sus producciones de interés y lo que hacemos las mujeres lo consideran trabajos menores y parciales. Una vez que ellos han categorizado su ciencia, la masculina, como universal, lo que nosotras hacemos, explicar a la otra mitad de la Humanidad lo que no se había explicado, lo ven como parcial.

¿Qué metas les quedan a las mujeres por alcanzar?

En los últimos años, se han producido grandes avances en el ámbito social y político. Sin embargo, perviven situaciones tan graves como la violencia hacia las mujeres. Hemos entrado al espacio laboral, pero ellos no han entrado en el doméstico, la discriminación salarial persiste. Continúa la discriminación vertical -que encumbra a los hombre en las posiciones de dirección y relega a las mujeres a las categorías inferiores- y la horizontal, que perpetúa las profesiones masculinizadas, de creación y más reconocidas, frente a otras feminizadas más relacionadas con los cuidados y la atención a las personas. Las mujeres, en las últimas décadas, han cambiado mucho, pero los hombres no han cambiado tanto y viven con resistencia el dejar de ser los dispensadores únicos de recursos en la familia.

Y dentro de la Universidad, ¿qué logros quedan por alcanzar?

En la universidad, la discriminación es sofisticada, pasa por las redes creadas, los hábitos, las formas de relación, etc., es decir, ellos tienden a pensar sólo en los hombres y no ven a las mujeres. En la institución, no se niega que las feministas universitarias tienen algo que decir, pero supone un cambio más formal que real. En las prácticas docentes ,los profesores, no introducen las aportaciones de los Estudios de las Mujer en sus programas.

Para finalizar, ¿se conseguirá algún día la igualdad real?

Yo espero que sí. Es inevitable, dados los avances que se han producido, hay que esperar que sea una realidad no muy lejana.

Más información:

Pilar Ballarín
Instituto de Estudios de la Mujer
Tlf: 958 248 366
Email: ballarin@ugr.es

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