CIENCIAS SOCIALES, ECONÓMICAS Y JURÍDICAS
16 de Diciembre de 2005
EXPERTOS ADVIERTEN DE LA CONTINUIDAD DE LA VIOLENCIA ESCOLAR FUERA DE LAS AULAS
Investigadores del grupo Psicología de la Intervención en la Educación de la Universidad de Granada alertan de que el ‘bullying’ traspasa las fronteras de los centros escolares. Si en los colegios e institutos el índice de violencia supone un 5%, fuera de éstos la cifra se dispara hasta el 30%, debido al menor control de los actos de los chavales.
Carolina Moya
Un 5% de la población escolar sufre maltrato por parte de otros chavales en las aulas. La incidencia de este ‘bullying’, es decir, el ejercicio de la violencia contra otros que no pueden defenderse con facilidad, está llevando a los científicos a tomar cartas en el asunto, no sólo en el estudio de los hechos, también en la búsqueda de causas y medidas preventivas.
Lo preocupante del fenómeno es el aumento de la frecuencia y la diversidad de formas de maltrato, así como su extrapolación a recintos no estrictamente escolares. Un estudio de los investigadores del grupo Psicología de la Intervención en la Educación de la Universidad de Granada ha constatado que la violencia de los alumnos continúa fuera de clase y alcanza mayores índices hasta llegar a casi un 30% de afectados. “Debe llevarse a cabo un análisis más allá de las aulas. La relación conflictiva se extiende fuera del centro, ya que los niños están menos controlados”, afirma el responsable de la investigación, el profesor Fernando Justicia.
Juan L. Benítez (i) y Fernando Justicia (d), responsables de la investigación
Ese conjunto de actos intencionales e hirientes, producidos repetidamente por unos alumnos contra otros, puede adoptar distintas formas. Agresiones físicas, amenazas verbales, exclusión o maltrato emocional o sexual se convierten en algunas de las fórmulas de ‘bullying’. Una variedad de hechos violentos que provocan graves consecuencias en las víctimas, no sólo en el momento de la agresión, sino también a medio y largo plazo. Insomnio, problemas digestivos, cansancio generalizado, falta de autoestima, irritabilidad, miedo, o escaso rendimiento escolar, constituyen algunos de los efectos en los alumnos, llegando en casos extremos al suicidio.
Causas del fenómeno
Pero, ¿qué lleva a un chaval a agredir a otro? Los expertos apuntan causas de distinta índole relacionadas con distintos frentes. El incremento de las diferencias culturales y sociales, que inducen un clima de supervivencia y competitividad, así como un urbanismo en el que se ha perdido la idea de comunidad se convierten en algunos de los factores desencadenantes. Otros motivos generales guardan relación con la regresión de los comportamientos cívicos, la pasividad ante los medios de comunicación o defectos estructurales del sistema educativo relacionados con un currículo uniforme y poco flexible.
En lo que respecta a razones de violencia más personales, tienen que ver con factores psicológicos de los niños, que no dominan habilidades sociales y afectivas. Además del fracaso escolar, ya que el desinterés y la falta de motivación resultan fuentes de violencia. En cuanto al papel de los padres, la falta de supervisión, así como estilos educativos excesivamente punitivos, o por el contrario, muy permisivos, pueden dar lugar a conductas agresivas.
Una solución: la ayuda entre iguales
Dada la incidencia del fenómeno, los investigadores granadinos han participado en un proyecto internacional sobre los programas de ayuda entre iguales destinados a la resolución de violencia en las aulas. Tras tres años de estudios, los científicos han destacado la importancia del papel activo de los propios compañeros de clase como una importante solución para atajar el maltrato entre alumnos.
Los modelos de ayuda entre iguales constituyen programas de apoyo socioemocional, integrados por grupos de alumnos de clase que voluntariamente apoyan a otros alumnos y median en conflictos de otros compañeros. Su intervención resulta crucial en el fenómeno de la violencia escolar ya que, según los investigadores, el 75% de los alumnos han sido testigos de conflictos del aula.
Los compañeros son importantes para solucionar el maltrato
La violencia escolar supone un problema transnacional y presenta niveles de incidencia similares en distintos países, de ahí que la investigación se desarrollara en centros de Portugal, Madrid e Italia. En los tres casos, los expertos obtuvieron resultados similares: la intervención de los escolares ayudaba a solucionar conflictos entre sus compañeros y era valorada positivamente por el alumnado. Primero, porque los alumnos detectan el problema nada más ocurrir, superando el tiempo de percepción del profesorado, y también porque ejercen funciones de comunicación, empatía e integración con agresor y víctima.
“Los programas de intervención requieren la colaboración del profesorado y el alumnado de los centros y un tiempo dedicado a la formación de los escolares, para que desarrollen habilidades sociales de comunicación y ayuda”, afirma el responsable de este estudio, Juan Luís Benítez. Los 120 escolares que participaron en el programa recibieron formación específica para desarrollar habilidades tales como la asertividad, la empatía, la escucha activa, comunicación verbal y no verbal, la toma de decisiones, la resolución y la mediación de conflictos. Esas herramientas de mediación se fueron revisando con el paso del tiempo para evaluar cómo las asimilaban y las ponían en práctica.
Tras los buenos resultados de este método, los investigadores granadinos tienen la intención de iniciar programas de actuación en distintos centros de Andalucía. En breve, comenzarán a implementar programas de carácter preventivo en varias poblaciones del área metropolitana granadina.
Más información:
Grupo Psicología de la intervención en la educación
Fernando Justicia
email: justicia@ugr.es
Juan L. Benítez
email: jlbenit@ugr.es
Tlf.:958 24 39 85