– Ganas de fumar hasta leyendo carteles antitabaco.
Un estudio de la Universidad de Granada demuestra que cualquier imagen relacionada con el tabaco -incluso un cenicero con colillas- provoca ansias de encender un cigarrillo.
Un café, un cigarrillo consumiéndose, una colilla sobre un cenicero y hasta los carteles recomendados por el Ministerio de Sanidad para los bares. Todos dan ganas de fumar. Lo afirma un estudio de la Universidad de Granada, denominado Mecanismos motivacionales del craving: ansia por el tabaco (aquí, en PDF), que ha descubierto que cualquier estímulo que recuerde al tabaco provoca el deseo de encender un cigarrillo en los fumadores.
Cuando ven una imagen relacionada con el tabaco, los fumadores sienten un ansia incontrolable, apunta Miguel Ángel Muñoz García, miembro del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico y responsable del estudio.
Los investigadores mostraron a 80 fumadores varias imágenes y han descubierto, gracias al polígrafo al que habían sido conectados los sujetos, que el deseo de fumar aumentaba con cualquier fotografía asociada al tabaco: situaciones sociales en las que se consume un cigarrillo o de bebidas como el café, pero también a otras imágenes más desagradables en apariencia, como una colilla sobre un cenicero.
No hemos encontrado ninguna imagen con tabaco que no active en mayor o menor medida el deseo de fumar, explica el doctor Muñoz, quien indica que también los carteles diseñados por el Ministerio de Sanidad para colocar en los bares puede aumentar el ansia de consumir un cigarrillo por la expectativa de poder fumar incluso en la gente que lo está dejando, apostilla.
El estudio demuestra que estos estímulos siempre provocan deseo de fumar, pero el estado emocional del individuo depende del contexto en el que se reciban, y no de los propios estímulos. Antes se pensaba que el fumador de tabaco consumía más porque le gustaba, pero ahora sabemos que existe independencia entre la parte más emocional que el impulso por fumar, declara el responsable del estudio.
Cuando se inicia el consumo, las dos partes van unidas, pero se separan más adelante, dice Miguel Ángel Muñoz, antes de admitir que todavía queda mucho por investigar en este campo, porque este estudio es el primero de este tipo que se elabora.
Se podrá aplicar en campañas publicitarias
La investigación servirá para detectar los mecanismos mentales que activan esta obsesión y poder controlarlos, pero sus conclusiones también pueden tener aplicaciones en el campo de las campañas publicitarias para la prevención y el tratamiento de consumo de tabaco.
De hecho, el equipo de la Universidad de Granada trabaja con otro grupo de la Universidad Federal do Rio de Janeiro, responsable de suministrar imágenes al Ministerio de Sanidad del país para sus anuncios, como escenas con niños pequeños afectados por el humo del tabaco.
Pero la investigación no se queda ahí: el equipo del doctor Muñoz prosigue con las investigaciones, utilizando ahora la realidad virtual para observar cómo reacciona un fumador dentro de situaciones de consumo y si podría dejar de fumar mostrándole algunas de sus ventajas.
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