La escuela que encontramos ante nosotros acusa los achaques de un entorno en que los alumnos requieren más formación humana, los profesores más autoridad y la sociedad, de ciudadanos formados en su obligación cívica. El encuentro «Desafíos y funciones de la educación a comienzos del siglo XXI», conducido por la profesora de la Universidad de Granada, Victoria Robles y el profesor del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical, Plástica y Corporal de la Universidad de Granada, José Luís Aróstegui, contó en el día de ayer, con la presencia del filósofo y escritor, Fernando Fernández Savater.
Junto al profesor emérito de la Agencia de Investigación Educativa de la Universidad de Illinois, Robert Stake, la profesora de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Yucatán, Edith Cisneros y la profesora titular de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Cádiz, Carmen Rodríguez, participó en una rueda de prensa presidida por la Vicerrectora de Extensión Universitaria y Participación, María García-Doncel. Robles indicó que este taller ha servido para «reflexionar en cuestiones que atañen a la educación, cuando no resulta fácil encontrar contextos para hacerlo» y para dar respuestas capaces de conducirnos a «una educación diferente».
Savater trató en su intervención la necesidad de conceder más autoridad a los docentes de los centros escolares y trasladó la obligación de transmitir valores a través de la educación. En relación a su participación en la campaña «Defensor del profesor», destacó que es una forma de que se plantee el reconocimiento del profesor como autoridad pública. Después de dedicar su espacio, dentro del encuentro, al análisis del sistema educativo ante los fundamentalismos y nacionalismos, explicó en este sentido, que las escuelas deben incluir la educación cívica en sus programas. «Ser ciudadano es algo que hay que aprender», señaló. Matizó que existen muchas personas que creen que es únicamente una cuestión ministerial o familiar.
«Hace falta, no tanto educar a la contra, sino educar en los valores cívicos que contrarresten las actitudes fundamentalistas. La democracia es aprender a vivir con gente y actitudes que no nos gustan», valoró. También, se refirió a los medios de comunicación, señalando que deben ser conscientes de que tienen una función pedagógica, en este sentido.
Respondiendo a la pregunta de si resulta cívica la actitud de Francia frente a las expulsiones dirigidas al colectivo gitano, señaló que existe cierta intransigencia. «La raza que está perseguida en todas partes, es la de los pobres. Se les pone el nombre de gitanos. Lo triste es que la Unión Europea no lucha contra la pobreza, sino contra los pobres», aseveró. En cuanto, a la vuelta a la formación profesional que se está detectando, destacó que una persona formada es una persona reciclable. «Si las personas no se forman se anclan», manifestó.
En cuanto a la incorporación de los ordenadores a las aulas, Rodríguez, recalcó que las TIC´s abren las puertas de las clases a la información y que el profesor tiene la obligación de procesar y enseñar a gestionar esa información. Stake, destacó en relación a la capacidad de las evaluaciones estandarizadas para detectar en los alumnos, esa necesidad de valores, que la visión econométrica dice que hay indicadores para medir cualquier aspecto de la educación. «Es una ficción pero los periodistas, los políticos, los alumnos y los profesores creen en ello», concluyó.