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«Lo que sabíamos acerca de la gripe era por nuestros padres»

«Lo que sabíamos acerca de la gripe era por nuestros padres»

Varios alumnos de la Universidad de Sevilla no podrán evitar recordar con cierto amargor el viaje fin de carrera 2009. Estudiantes de las facultades de Ingeniería y Farmacia de Sevilla, junto a otro grupo de alumnos de la universidad de Granada, regresaron el pasado lunes a España después de pasar una semana, desde el 19 de abril hasta el lunes 27, en la Rivera Maya (México), destino elegido para disfrutar de las vacaciones de fin de curso.

Uno de ellos envió a ABC de Sevilla una carta al director denunciando la falta de información y de atención preventiva por parte de las autoridades españolas tanto en el momento del embarque, en tierras mexicanas, como a la llegada al aeropuerto de Barajas. «Aunque parezca mentira, todo lo que sabíamos acerca de la gripe porcina era gracias a nuestros padres, como no frotarse los ojos o lavarse las manos a menudo», escribe este joven sevillano, alumno de Ingeniería Náutica. «La realidad es que la alarma social que se ha creado en España no se corresponde, ni por asomo, con la preocupación que el Gobierno español ha mostrado con todos los estudiantes que allí nos encontrábamos. ¿Por qué no nos han informado de todas las recomendaciones dadas en España? Ya sea mediante la Embajada española o mediante responsables de Sanidad. Nadie se ha preocupado por nosotros». Con esta indignación describía este lector la situación de desamparo que han sufrido por parte de las autoridades competentes en este caso.
Cuestionario y antivirales
Tanto él como otras compañeras, con las que ABC se puso en contacto, confirmaron que la única atención recibida a la llegada al aeropuerto fue por parte de dos sanitarios que subieron al avión y repartieron unos cuestionarios que debían rellenar con su nombre, número de vuelo y asiento. Les comunicaron que si en el plazo de diez días presentaban alguno de los síntomas de esta gripe, como tos y fiebre, debían acudir a su médico. Sin embargo, no les fue facilitada mascarilla y se les permitió abandonar sin más el aeropuerto.
«En el aeropuerto de Barajas no nos dieron ningún tipo de información, es más una compañera pidió una mascarilla y le dijeron que no, mientras que el personal del aeropuerto, el chófer del autobús y el personal de pista, sí llevaban mascarillas», asegura Laura, otra de las estudiantes sevillanas que viajaba en el avión.
«Allí, en Rivera Maya, no notamos nada porque no había nadie con mascarillas. La primera mascarilla que vi fue en el aeropuerto de Barajas» comentó más tarde a ABC el estudiante que envió la carta al director.
Las vacaciones transcurrieron prácticamente en el complejo hotelero donde se hospedaban. Sólo algunos días salieron de excursión pero trasladándose en autobús y no vieron nada. Una noche salieron a una de las playas de la zona, cerca de un pueblo y allí tampoco vieron a nadie con mascarillas ni se percataron de nada raro.
A la llegada a Sevilla desde Madrid, los afectados se dirigieron al Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. «Nos mezclaron a todos en una sala sin diferenciar a los que tienen fiebre de los que no y con otros que no tienen síntomas pero sólo están por simple precaución. Después de más de tres horas en una misma sala nos terminan diciendo, sin realizar ningún análisis, que si no tenemos fiebre podemos irnos a casa» continúa la carta.
Algo que confirma su compañera Laura que llegó una hora antes que él al hospital, a las ocho, después de bajar del AVE a las siete y media. «No me hicieron ninguna prueba, excepto aislarnos a todos los compañeros en una sala y repartirnos unos cuestionarios sobre los síntomas que teníamos. Yo sólo tenía tenía un poco de tos».
Evitar los besos
En el hospital las indicaciones para los próximos días fue que llevaran las mascarillas y evitaran besarse con los familiares, además de recetarles los antivirales. A la pregunta de cuánto tiempo tendrían que mantener esas medidas de precaución, sobre todo con la familia, «nos dijeron que no lo sabían pero que me llamarían al día siguiente o a los dos días para comunicármelo,pero aquí no ha llamado nadie».
Junto a los estudiantes andaluces viajaban dos jóvenes madrileñas, estudiantes en Sevilla, y que a diferencia de estos fueron ingresadas en el hospital Carlos III de Madrid después de haberles practicado las primeras pruebas en otro centro hospitalario.
«Yo tenía fiebre, me encontraba mal y nos dirigimos al hospital. Allí nos aislaron en una sala, rellenamos un cuestionario y nos hicieron un análisis de sangre. Permanecimos a la espera de los resultados durante hora y media y luego nos trasladaron aquí, al Hospital Caros III», asegura María González. Allí continuaron las pruebas hasta hoy, cuando permanecen a la espera de los resultados. «A la llegada al aeropuerto no nos dieron mascarillas y tuvimos que pagarlas de nuestro propio bolsillo».
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