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La crisis hace descender matrimonios, divorcios y hasta las comuniones

Sea por la situación económica o por que ha cambiado la escala de valores, lo cierto es que los datos estadísticos reflejan una tendencia imparable. Si ya estaba descendiendo el número de divorcios, ahora las cifras dejan claro que también las uniones tanto civiles como religiosas van a menos. A saber, en 2009 hubo en Andalucía 35.178 matrimonios, una cifra que supone que en todo el año se celebraron 6.331 bodas menos de las 41.409 que tuvieron lugar en 2008, cuando se casaron 41.409. Ese descenso también se notó respecto a 2007 en que fueron 43.138.

Y viene de lejos. Si se observan las cifras del Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), en 2004, hubo más de 44.000 matrimonios lo que supone que en 2009 hubo 10.000 uniones matrimoniales menos que cinco años antes. Además, sólo comparando el cuarto trimestre del año pasado con el de 2008 se observa que las bodas bajaron en un 16 por ciento.

Y con los divorcios ha ocurrido algo parecido, bajan año a año. Así, los datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) revelan que en el año 2009 ingresaron en los tribunales andaluces 23.495 divorcios, separaciones y nulidades. Aunque la cifra es ligeramente superior a la que maneja el IEA (en los parámetros del CGPJ se incluyen todos los ingresados y no sólo los resueltos), el descenso también se ha notado. Un año antes, en 2008, hubo 24.582 separaciones, divorcios y nulidades. Y en 2007 fueron 25.811. El decrecimiento está siendo paulatino. A ese dato se puede unir otro: el que maneja la Diócesis de Sevilla capital referente a bodas religiosas. Según el Arzobispado, en Sevilla en 2007 se casaron por la Iglesia 7.752 parejas; en 2008 fueron 6.775 y el pasado año 5.314. Este descenso también ha llegado a las primeras comuniones. En Sevilla el pasado año se celebraron 14.974, en 2008 fueron 15.056 y en 2007 se alcanzaron las 15.307. La diócesis de Granada contabiliza 5003 comuniones en 2008 y 5.072 en 2009.

¿Por qué ocurre eso?. Hay distintas opiniones. Diego Becerril, profesor titular de Sociología de la Universidad de Granada y director del citado departamento achaca ese descenso a la coyuntura económica pero también al hecho de que cada vez se retrasa más la decisión de casarse.

Becerril asegura que no sólo influye que no haya dinero, sino también que no existe un trabajo fijo. «La gente sólo piensa en casarse cuando tiene estabilidad. El que se casa quiere una vivienda y por mucho que se diga que los pisos están bajando, siguen sin ser asequibles para los jóvenes», explica el sociólogo.Pero Becerril también justifica este fenómeno en que el ciclo formativo cada vez es más largo. Los estudiantes no se conforman con el grado y después hacen el master. En cuanto a la bajada de los divorcios, también lo achaca a lo caro que puede resultar el proceso y a que «el que se divorcia pierde la casa y muchas veces tiene que volver con sus padres». Y casi siempre el hombre pierde la custodia de los hijos que suelen quedarse con la madre.

Además el sociólogo hace otro análisis: asegura que hay proyectos poco estables porque «la pareja se ha convertido en un objeto de consumo». «Es como cuando te compras un coche que, a los cuatro años, si te da problemas lo cambias. La pareja ha entrado en la dinámica de mercado y lo que se lleva es el cambio constante de pareja», asegura.

Otra opinión es la del juez de familia Francisco Serrano, quien asegura que en su juzgado se nota que han bajado las separaciones y divorcios pero a la par han aumentado las modificaciones de medidas para reducir las pensiones porque muchos separados se quedan en paro y no pueden pagar la manutención. «Eso se observa mucho, de los juicios de una mañana, cualquiera, tres son por cuestiones de ese tipo», explica el magistrado.

«Si el convenio dice que el separado tiene que pagar 1.500 euros y se queda en paro, no puede asumirlo y solicita que se modifique la pensión», explica el juez que también admite que cada vez se dan más ejecuciones para obligar por vía judicial a pagar la pensión a muchos divorciados.

Además Serrano admite que muchas parejas se lo piensan antes de divorciarse también por los gastos que el proceso supone que puede ser, desde los más baratos que se anuncian en internet por 300 euros si es de mutuo acuerdo hasta procedimientos en los tribunales y con un abogado de un bufete de prestigio que puede cobrar honorarios de vértigo.

Para José Antonio Ramos Clemente, antropólogo, lo que está ocurriendo es que las personas con un incremento de inseguridad laboral en su futuro a largo plazo, se ven condicionadas a paralizar sus planes de unión o desunión con otra persona porque además de los gastos de tramitación normalmente esto implica un cambio de vivienda. Por eso cree que esta «parálisis del estado civil» debería ponernos en alerta.

Pero además Ramos Clemente también cree que la estructura social actual está dominada por los valores económicos dominantes y los valores de la sociedad se supeditan a ello. «El consumismo, el hedonismo, la cultura del clinex se trasladan a las relaciones afectivas. En una sociedad de consumo, un producto duradero no es rentable y se estimula el cambio continuo». Y eso hace, que según el antropólogo, debamos plantearnos «qué tipo de sociedad queremos y bajo qué valores preferimos cobijarnos».

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