Alrededor de 200 personas han participado hoy en una pitada en las inmediaciones del Centro José Guerrero de Granada para reclamar la permanencia de su obra y la creación de una fundación que asuma la gestión de la colección del pintor, que está previsto que se marche de su actual ubicación a finales de este año.
Profesores de la Universidad de Granada, artistas, músicos y escritores han participado esta tarde en la protesta, convocada por la Plataforma por el Centro José Guerrero, en la que Rubén Osakar, uno de sus portavoces, ha leído un manifiesto en el que declaran «necesario, deseable, sostenible y posible» el Centro Guerrero.
Los asistentes han portado pancartas con emblemas como «No a la muerte del Centro José Guerrero» o «el Centro Guerrero es posible» mientras usaban silbatos, instrumentos musicales o cacerolas para hacer ruido.
Osakar ha manifestado a Efe que la plataforma cívica «va a seguir trabajando» para la permanencia de la obra de José Guerrero en Granada, y ha señalado que ahora quieren conocer cuál es la propuesta de la Diputación de Granada, de la que depende el centro Guerrero, después de que hayan fracasado las negociaciones entre la familia del artista y la institución provincial.
El portavoz de la plataforma ha recordado que su petición es la de crear una fundación para gestionar el Centro José Guerrero así como el nombramiento de un gestor que se eligiese bajo el código de buenas prácticas, para que haya «una profesionalización» de esta figura.
Osakar ha criticado el «desinterés» hacia el arte que se ha puesto de manifiesto en este caso, ya que «no ha habido claridad y sí una incapacidad de gestionar un gesto tan generoso como que una familia le regale a la ciudad un patrimonio artístico como éste».
Ha asegurado que por parte de la familia existe predisposición para que la obra de José Guerrero siga en su ubicación actual y pese a que los herederos exigen unas determinadas condiciones para el mantenimiento del legado en Granada, Osakar ha señalado que «las instituciones no han sabido interpretarlas o las han malinterpretado».
«A la sociedad civil de Granada le sorprende que finalmente la responsabilidad se le atribuya a la familia, cuando la propia lógica dice que eso no puede ser porque quien hace el gesto es la familia», ha añadido el portavoz.
