Plantas medicinales. Sí, pero no a ciegas
T. DE LA CIERVA
Según un estudio sobre Consumo de Plantas Medicinales en España, elaborado por el Centro de Investigación sobre Fitoterapia (INFITO), uno de cada tres españoles consume plantas medicinales con fines terapéuticos pero, a diferencia de lo que ocurre en el resto de Europa, la farmacia no es el principal canal de compra. El 84 por ciento acude a herbolarios, y este hecho preocupa a los médicos, que quieren concienciar a la población de las plantas son medicamentos y, como tal, deben contar con un registro sanitario que garantice que ha superado todos los controles de eficacia y seguridad.
«La fitoterapia debe ser consumida bajo la supervisión de un farmacéutico o un profesional de la salud que aconseje al paciente cuál es la posología indicada, cómo debe administrarse e iniciarse el tratamiento y, sobre todo, indicarle el tratamiento más adecuado, para evitar contraindicaciones e interacciones con otros fármacos», explica el doctor Miguel Bernad, especialista del Servicio de Reumatología del Hospital La Paz de Madrid. «Hasta hace muy poco no había control administrativo, ni registros sanitarios, ni informes científicos que avalaran los resultados de estos medicamentos, pero hoy, su eficacia está avalada por numerosos estudios científicos».
Concha Navarro, catedrática de Farmacología de la Universidad de Granada y presidenta de Infito, cuenta que «para que sean efectivas las plantas, deben contar con extractos estandarizados y controlados en todas las fases de elaboración, una formulación farmacéutica y un registro sanitario. Y por su condición de medicamentos sólo pueden dispensarse en farmacias». En otros países europeos los preparados basados en plantas medicinales que se venden fuera de la farmacia son aquéllos que no tienen fines terapéuticos (como manzanilla, té o tila). Sin embargo, «cuando utilizamos las plantas para prevenir o tratar algún trastorno tiene que haber un prospecto que refleje los componentes, que deben ser constantes en todos los preparados, y las indicaciones», añade.
Cuidado con las adelgazantes
Por ejemplo, en el caso de los preparados para el control del sobrepeso, es importante saber diferenciar el mecanismo de actuación de las plantas con efecto saciante —glucomanano o la Garcinia — o termogénico, como el té verde, y las posibles contraindicaciones de la fitoterapia en situaciones personales concretas, o las interacciones existentes con algunos fármacos de síntesis. En opinión de la profesora Ortega, profesora de Farmacología de la Universidad Complutense de Madrid, «perder kilos sin control puede convertirse en una amenaza para la salud y la administración de plantas medicinales como coadyuvantes en el control del sobrepeso debe ser controlada por un médico o un farmacéutico».
A la pregunta de si es necesaria una prescripción médica con las plantas, el doctor Bernad responde que «no es necesaria pero es deseable». Las plantas medicinales tienen un nivel de seguridad muy alto y apenas contraindicaciones, por tanto se puede uno «automedicar», aunque lo recomendable es el consejo de un farmacéutico porque manejan la información necesaria.
Otra cuestión importante es que la toma de estos preparados debe figurar en el historial médico de los pacientes. «A la mayoría, cuando se les pregunta si están tomando alguna medicación, no se les ocurre normalmente mencionar los preparados fitotepéuticos. Y, por su condición de medicamentos —pueden interaccionar con ciertos fármacos de síntesis— no debemos olvidarnos de incluirlos.
Y, al final, la pregunta obligada. ¿La fitoterapia cura? A lo que el doctor Bernad responde que «no cura, pero ayuda a controlar los síntomas». Se utiliza mucho como coadyuvante, como complemento de un tratamiento farmacológico fuerte con la intención de mejorar los síntomas y de ese modo el paciente necesite tomar menos medicación. «En el caso de una artrosis, los dolores articulares se calman con analgésicos pero con las plantas medicinales podemos reducir el dolor y mejorar la calidad de vida del paciente», puntualiza.
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