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La flora de alta montaña se ha desplazado 3 metros hacia las cimas en 7 años

La flora de alta montaña europea se ha desplazado hacia las cimas «casi tres metros en los últimos siete años», debido al calentamiento global, lo que supone un peligro para aquellas especies que sólo viven por encima de los 3.000 metros.

Así lo ha asegurado a EFE el biólogo José Luis Benito, uno de los investigadores que ha participado en un estudio internacional que, en España se ha centrado en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y en Sierra Nevada.

En concreto, en España se han establecido zonas piloto en montañas de estas dos cordilleras que van desde los 2.200 metros de altitud a los 3.327.

Los muestreos llevados a cabo en el Pirineo han sido realizados por los investigadores Luis Villar, del Instituto Pirenaico de Ecología (IPE-CSIC), y por el biólogo consultor profesional José Luis Benito.

Éste ha apuntado que las zonas en las que las plantas están más afectadas por el calentamiento y el desplazamiento hacia las cimas son las del sur porque en el norte «las plantas todavía pueden buscar la humedad pero en el Mediterráneo a mayor calor hay también mayor sequía».

Ello supone una amenaza «para ciertas especies endémicas», que podrían disminuir a medio plazo y que, en el caso del Pirineo, se cifran en unas 150 especies que viven a más de 3.000 metros de altitud.

El estudio internacional llevado a cabo calcula un desplazamiento hacia la cima de 2,7 metros de media en todas las especies estudiadas en Europa a lo largo de siete años, durante 2001 y 2008.

El trabajo, publicado en el último número de «Sciencie», analiza los cambios observados en la flora de 66 cimas de 17 cordilleras europeas entre estos siete años.

Complementa además al publicado en la revista «Nature Climate Change» en enero, que alertaba de que cerca de 150 especies de plantas que viven en el Pirineo a más de 3.000 metros de altitud tienen comprometido su futuro debido al calentamiento global.

El estudio, según Benito, confirma la hipótesis de que el aumento de las temperaturas induce un desplazamiento de la flora alpina hacia niveles superiores y conlleva la desaparición de algunas especies resistentes al frío «y su sustitución por otras menos frioleras».

Tales hechos «reflejan la vulnerabilidad de los ecosistemas de alta montaña a medio y a largo plazo», apunta el biólogo.

Además del Instituto Pirenaico de Ecología de Jaca (IPE), dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han participado en este estudio el Gobierno de Aragón y la Universidad de Granada.

Benito ha anunciado que en Aragón, gracias a la colaboración del Ejecutivo autónomo, se va a ampliar este estudio con una nueva zona piloto marcada ya este año en el Valle de Tena y otra que se hará próximamente en el Moncayo.

El estudio se enmarca dentro del proyecto Gloria, que son las siglas en inglés de la Iniciativa para la Investigación y el Seguimiento Global de los Ambientes Alpinos.

El objetivo del proyecto es establecer y mantener una red de vigilancia a largo plazo de la flora de alta montaña y para ello se inició en 2001 en 17 cordilleras europeas y en estos momentos la red supera los cien equipos de investigación en todo el mundo.

Los muestreos se repetirán a intervalos de entre cinco y diez años, ha concluido Benito.

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