Este libro, según ha informado la editorial, nace debido a la radical ausencia de debate que hay sobre este tema y quiere dar luz a las «prácticas totalitarias de una facción posmoderna hegemónica» a la que el autor denomina intelectuales de consumo.
Una hegemonía marcada y dirigida por el Estado al que, según Fortes, no «le importan las personas, sino las personificaciones» de categorías políticas e ideológicas y las funciones que este «bloque impenetrable han de cumplir rindiendo cuentas a los intereses del capital que les compra».
«Estos intelectuales están a sueldo y se les paga por los servicios prestados», afirma el autor en un comunicado.
Según este ensayo, el control sobre las prebendas, los cargos políticos, los premios, los circuitos de actos y conmemoraciones culturales se plantean como «un juego entre el poder político y los agentes del mercado para crear un producto de consumo intelectual», de forma que el organismo intermediario de esta compraventa el propio Estado.
El resultado, según este profesor de literatura, es que esta práctica crea un Estado cultural y una cultura de Estado.
Según el profesor, esta obra está sustentada en una visión razonada, hecha a base de experiencias, de acontecimientos vividos y conocidos, de observaciones críticas e investigaciones literarias llevadas a cabo a lo largo de su carrera profesional, y surge como respuesta a la escasez de escritos polémicos sobre lo que desde principios del siglo XX se denomina «guerra literaria».
José Antonio Fortes nació en Vélez (Málaga) en 1949, trabaja como profesor de Literatura Española Contemporánea en el Departamento de Literatura española de la Universidad de Granada y preside la Asociación para la Investigación y Crítica de la Ideología Literaria en España.
Fortes fue noticia el pasado año ya que denunció por injurias al poeta y entonces también profesor de la Universidad de Granada Luis García Montero, que fue condenado por el Juzgado de lo Penal 5 de Granada al pago de una multa de 1.800 euros y a indemnizar con 3.000 euros a su compañero de departamento.
La denuncia se produjo tras un enfrentamiento verbal y la publicación de un artículo de opinión en el diario El País en el que García Montero se refería a Fortes con expresiones como «perturbado» o «tonto indecente».
En dicho artículo, García Montero arremetía contra Fortes por manifestar en sus clases que Federico García Lorca «era un fascista y lo mataron los suyos» o que Francisco Ayala es «un aliado del fascismo.