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¿Hay vida en Titán?

¿Hay vida en Titán?

Se trata del mayor satélite de Saturno y sus procesos geofísicos son similares a los existentes en la tierra ya que registra erosiones, lluvias y actividad fluvial, aunque en lugar de agua tiene abundante titanio que fluye como un líquido a temperaturas de menos 170 grados y sus volcanes lanzan agua helada y amoniaco en vez de lava.
En 2005, Titán fue uno de los principales objetivos tanto de la Nasa como de la Agencia Espacial Europea que lanzaron una misión destinada a detectar ondas electromagnéticas de origen natural en su superficie, que podrían iniciar la presencia de actividad eléctrica en la atmósfera de metano, monóxido de carbono y nitrógeno.

Durante las aproximadamente dos horas y media en la que la nave recorrió 140 kilómetros de la atmósfera de Titán, fue midiendo los parámetros eléctricos y las emisiones electromagnéticas de origen natural. El objetivo de esta misión, al igual que otra de la ESA prevista inicialmente para este año aunque ha sido retrasada, y de otra de la NASA que tiene previsto su lanzamiento para el próximo mes de agosto, es transportar dispositivos que permitan medir las características eléctricas de las atmósferas y detectar en ellas emisiones naturales de ondas electromagnéticas.

De esta forma, si fuera posible descubrir una posible actividad eléctrica en ambos cuerpos celestes, y esto se uniera a la actividad química y a la posible existencia de moléculas orgánicas y prebióticas se podría abrir la puerta a concluir que es posible que haya existido o exista vida en Marte o en Titán. Pero desgraciadamente hasta ahora los resultados no parecen concluyentes.

Pero no son los únicos interesados en esta luna de Saturno, ya que investigadores de la Universidad de Valencia estudian también la posibilidad de vida en el satélite, en colaboración con científicos de la Universidad de Granada.

Mar de amonio

Los trabajos de estos científicos, que han sido publicados como artículo invitado en la revista Radio Sciencie, se basan en modelos matemáticos para la propagación de ondas electromagnéticas en el satélite y por primera vez se llegan a 800 kilómetros de altitud y se contempla la posibilidad de un mar de amonio que podría extenderse hasta aproximadamente 250 kilómetros de profundidad.

En este sentido, el modelo propuesto ahora por Enrique A. Navarro y Antonio Soriano del Instituto de robótica de la Universitat y Juan Morente y Jorge Portí de la Universidad de Granada, sería muy útil para interpretar los datos obtenidos hasta ahora.

Los científicos trabajan en la simulación por ordenador en tres dimensiones y a nivel planetario de las atmósferas, cuyas propiedades eléctricas se ven afectadas por la actividad cósmica, fundamentalmente radiación solar de alta energía, según destacaron ayer fuentes de la Universidad de Valencia. En el caso de Marte se lanzan varias hipótesis y se comparan con resultados de otros modelos matemáticas, aunque el propuesto ahora es el más completo de los presentados hasta el momento. Asimismo, en el trabajo realizado sobre el llamado planeta rojo, en el que también trabajan estas dos universidades y cuyos resultados será publicado en breve por la revista Journal of Geophysical Research, se analiza la influencia de la actividad solar en la ionosfera, que a su vez tiene efectos en la propagación de ondas electromagnéticas generadas en hipotéticas tormentas de polvo.

Estos trabajos se enmarcan dentro de proyectos de investigación financiados por el ministerio de Educación y ciencia y la Generalitat Valenciana, y, además de las Universidades de Valencia y Granada, colabora el Instituto de Investigación Espacial de la Academia de Ciencias de Austria y de la Universidad de Brístol.
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