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Enterrado en dos continentes

Enterrado en dos continentes
ÁNGELA MORÓN.
SEVILLA. Que una parte de los restos de Cristobal Colón esté enterrada en Sevilla es una conclusión científica, que otra parte descanse en Santo Domingo (República Dominicana) es una posibilidad, pero que el Almirante naciera en Italia, España o cualquier otra zona del mundo son hoy por hoy meras especulaciones.
Estos son los últimas datos que ha presentado el director científico de los Estudios de Identificación de Cristobal Colón, el profesor José Antonio Lorente Acosta, en la conferencia celebrada ayer en Sevilla: «El enigma de Cristóbal Colón. De cómo el ADN nos ayuda a interpretar nuestra historia».
La conferencia, primera muestra del ciclo «Ciencia en la Ciudad» organizado por el Programa de Divulgación Científica de la Junta de Andalucía, consiguió su objetivo: ser foro para el público no especializado, capaz de discutir abiertamente con los investigadores sobre temas cientificos.
Y es que el tema sigue levantando suspicacias, preguntas y admiración.Y el enigma sigue vivo, pues aunque se sospecha que el origen de la familia de Colón podría estar en Cataluña, Baleares o Génova, las investigaciones realizadas a través de muestras de ADN no han traído, por ahora, datos concluyentes.
Según explicaba Lorente,director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, hasta la fecha se han estudiado un total de 477 muestras de cromosoma Y (que se transmite de padres a hijos) de personas con el apellido Colón, Colom, Colombo o Colonne procedentes de Cataluña, Baleares, Comunidad Valenciana, el sur de Francia y el norte de Italia. Pero los marcadores usados (STRs y SNPS), que son los que la comunidad científica tiene como válidos, no tienen la suficiente capacidad de encuadrar a Colón dentro de un marco geográfico.
Aún así, a pesar de este intento fallido de desvelar el origen del descubridor, Lorente se muestra optimista «ya que los resultados hallados hasta el momento demuestran que tras los desarrollos adecuados de nuevas técnicas, el ADN puede arrojar datos objetivos que ayuden a esclarecer todas las dudas».
Lo que sí que se conoce con total seguridad, como recalcó de nuevo Lorente, es que los restos de huesos que yacen en la Catedral de Sevilla «sí son los de Cristóbal Colón». Esto ya es una evidencia desde que se comparó el ADN de los huesos del Almirante y el de su hermano Diego, enterrado en el Museo Pickman de la Fábrica de Cerámica de la Cartuja de Sevilla.
Pero, como reclaman los historiadores sudamericanos, los huesos que hay enterrados en el féretro sevillano son pocos y Colón dejó escrito su deseo de ser enterrado en América. Además, allí, en la primera ciudad del Nuevo Mundo hay otra caja que reza: «Ilustrísimo y distinguido varón, Don Cristóbal Colón», así que la ciencia no ha conseguido, por ahora, destruir la poética del misterio.
El propio Lorente admite esta posibilidad: «Puede que esté enterrado en varios sitios, muy probablemente en Santo Domingo, debido a los traslados que sufrió el cuerpo del explorador. Sin embargo, esto no es una conclusión científica – se afana en recalcar el forense y criminalista Lorente-, porque no ha sido posible aún realizar un estudio genético de los restos que se hallan en Santo Domingo, como sí se ha hecho con los de la Catedral de Sevilla, aunque sería muy interesante que en un futuro la ciencia pudiese corroborar esta posibilidad».
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