Científicos de la Universidad de Granada (UGR) en España han demostrado por primera vez que existe una relación genética entre la depresión y la obesidad, dos de las enfermedades con mayor prevalencia en la sociedad actual.
El trabajo, pionero a nivel mundial, ha descubierto que la depresión modifica el efecto del gen conocido como ‘gen de la obesidad (FTO)’ sobre el índice de masa corporal de un individuo.
Margarita Rivera Sánchez, integrante del Grupo de Investigación trabajó en el Institute of Psychiatry del King’s College de Londres con una muestra de 2.440 individuos diagnosticados con depresión recurrente y 809 sujetos sanos de control, seleccionados por no haber padecido nunca ningún tipo de enfermedad mental.
El hallazgo sugiere que existe un componente genético involucrado en el mecanismo subyacente a la asociación entre los trastornos del estado de ánimo y la obesidad.
Además, dado que las formas más leves de depresión y los síntomas depresivos son muy frecuentes en la población general, experimentar esos síntomas puede moderar el efecto del gen FTO en la población en su conjunto y, en parte, determinar cuáles de estos individuos que llevan las variantes «de riesgo» pueden llegar a tener sobrepeso u obesidad.
Cabe señalar que la influencia de las variantes del ‘gen de la obesidad’ en el índice de masa corporal, y la asociación entre la obesidad y los trastornos psiquiátricos, han sido investigados por separado, éste es el primer estudio que investiga la relación entre estos tres elementos de forma conjunta. Además, los resultados iniciales de este trabajo han sido confirmados en dos muestras independientes, una de ellas de unos 18.000 individuos procedentes de 21 países de todo el mundo y de diferentes grupos étnicos.
En la actualidad la depresión y la obesidad son enfermedades altamente prevalentes y principales problemas de salud pública que provocan una gran carga para la sociedad. Ambas condiciones son, además, importantes factores de riesgo para enfermedades físicas crónicas como la diabetes tipo II, enfermedades cardiovasculares y la hipertensión.
La investigadora destaca que “existen evidencias de que los trastornos relacionados con la obesidad son más frecuentes en individuos que padecen depresión, aunque la naturaleza y dirección de dicha asociación no está aún clara».