Tras cinco años de obras, siguen cerrados dos edificios del PTS.
Los investigadores piden que se agilice la apertura de la planta farmacéutica y alimentaria del Parque de la Salud.
La puesta en marcha del Centro Farmacéutico y Alimentario del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud está costando. La primera piedra del edificio se colocó en marzo de 2002 y desde entonces la Facultad de Farmacia espera poder investigar entre sus muros.
Edificar esta planta piloto costará cerca de 20 millones de euros. «Siete de obra, diez para equipamientos (a la espera de que los traigan) y 2,3 en instalaciones de aire, electricidad, seguridad… aún en ejecución», afirma Jesús Quero, gerente del parque. Asegura que la apertura será a finales de este año.
Parecido retraso acumula el centro de investigación biomédica, aunque éste se inaugurará en poco más de una semana, según Quero.
Las decisiones más delicadas para la planta piloto, sin embargo, vienen ahora. «Tenemos que ver si se va a dedicar a producir alimentos o medicamentos, porque no se conceden licencias para los dos sectores».
La posibilidad de que Puleva Biotech produzca alimentos allí ha hecho que algunos investigadores de farmacia comiencen a inquietarse. «El edificio está listo, al menos los laboratorios –asegura Manuel Miró, vicedecano de Ordenación Académica–, y lo lógico sería que pudiéramos empezar a trabajar». Tras cinco años de espera, estos meses serán los más tensos.
Solo tres edificios activos
La incubadora de empresas fue, en 2003, el primer edificio que empezó a operar en el Parque de la Salud. Desde entonces han abierto sus puertas otros dos centros: el Instituto de Parasitología López Neyra, del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas), y el de formación de la empresa pública, de Emergencias Sanitarias. En construcción continurá, hasta al menos 2009, el nuevo Hospital Clínico.
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