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Los granadinos comienzan a rechazar a los inmigrantes de América del Sur

– Los granadinos comienzan a rechazar a los inmigrantes de América del Sur

Las encuestas dicen que ya no sólo se le tiene miedo al musulmán.
El racismo aparece por primera vez contra latinos y rumanos.
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Cuando hay crisis y el dinero falta, el otro, el diferente, suele tener la culpa. Granada no es una excepción y en los últimos datos del Observatorio del Racismo y la Xenofobia , según el profesor Francisco Jiménez Bautista , «los granadinos comienzan a tener como chivo expiatorio, causante de todos los males, a los inmigrantes latinos y a los de Europa del Este».

El encargado de hacer este cuestionario para la Unión Europea y miembro del Instituto de la Paz y los Conflictos de la Universidad de Granada asegura que «en 2004 el 77% de los granadinos tenían una percepción negativa hacia los musulmanes; ahora, en 2008, aparecen dos grupos que no estaban, los latinos, con un 20%, y los de Europa del Este, con un 10%. Los musulmanes, por contra, bajan hasta el 49%».

El sentimiento de racismo hacia un determinado grupo se extrae, según el experto, con cinco variables diferentes (nacionalidad, raza, religión, cultura y clase social). Estas categorías se analizan y de ellas se deduce si en la sociedad existe xenofobia. En el caso de Granada, la encuesta se ha realizado en jóvenes de entre 15 y 25 años, que ya comienzan a mostrar su rechazo a lo latino.

Hay que estar operativos para impedir que las bandas se apoderen de la convivencia
La crisis y la falta de oportunidades, así como el aumento de este tipo de inmigrantes, ha provocado que los granadinos empiecen a verlos como incómodos. «Hay que estar operativos», advierte Jiménez, «para impedir que las bandas o tribus urbanas se apoderen de nuestra convivencia pacífica». Los llamados Latin King o los Ñetas aún no están ocupando la ciudad, pero sí que hay grupos que se ubican en los barrios obreros del cinturón como Casería de Montijo, La Chana o el Zaidín.
«A estos menores -continúa el profesor- hay que tenerlos en la escuela y educarlos para impedir que se sientan desplazados y comiencen a crear sus tribus como expresión de malestar, para identificarse con un grupo». Los integrantes de estas pandillas no son sólo latinos, también hay españoles, adolescentes entre los 12 y los 16 años.

La lucha por los espacios

Francisco Jiménez asegura que «la violencia religiosa será el instrumento más preocupante de exclusión social en los próximos años». El profesor dice que algunas religiones «como evangélicos o protestantes se han convertido en ONGs que ayudan a cambio de conversión y están pidiendo espacios para sus cultos. Esto choca con una población mayoritariamente cristiana».

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