La saliva de familiares ayudará a identificar a fusilados en San Rafael
Hace 72 años que el bando vencedor de la Guerra Civil (1936-1939) materializó en Málaga la mayor matanza de España. En septiembre de este año, la Universidad de Málaga comenzará la toma de muestras de ADN para intentar identificar los restos aparecidos en el mayor conjunto de fosas comunes de la fratricida contienda: el antiguo cementerio de San Rafael.
La primera fase consistirá en la recogida de muestras de saliva y de sangre a unos 300 familiares de víctimas para elaborar perfiles genéticos. En la segunda fase se recopilará el ADN de piezas dentales y fragmentos de huesos de los fallecidos, explicó ayer el profesor del Departamento de Medicina Legal Ignacio Santos.
Estas muestras se conservarán en dicho departamento «debidamente numeradas y etiquetadas en frigoríficos a 90 grados bajo cero», según Santos. «La investigación actual con el ADN no es la panacea y es muy compleja en casos como el de San Rafael».
Dificultades
Santos abogó por ser realista y no crear falsas expectativas en cuanto a las posibilidades de identificación, porque esta labor se enfrenta a varias dificultades, «como el gran número de víctimas; el tiempo transcurrido, más de setenta años, y las condiciones del ADN, probablemente muy degradado por la utilización de cal viva y el enterramiento en fosas con capas freáticas (con agua) y humedad».
Por su parte, el profesor responsable de la excavación, Sebastián Fernández, espera que la investigación se prolongue durante unos seis o siete meses más. Considera que es «imposible» que se localicen los restos de los 4.500 fusilados, porque algunos fueron trasladados a otros lugares y se han producido muchos movimientos de tierra.
Por ahora se han exhumado restos de unas 2.700 personas. Se han encontrado casquillos de balas, casi todos de fabricación italiana, un dominó hecho con una caña y un revólver que se cree que era utilizado para el «tiro de gracia» y fue lanzado a la fosa común al encasquillarse.
Vélez-Málaga
El Instituto Andaluz de Geofísica de la Universidad de Granada comenzó a examinar ayer la delimitación de una fosa común en el cementerio del municipio. Los estudios se prolongarán 10 días. Se estima que 227 ejecutados fueron enterrados entre 1937 y 1939.
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