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Científicos descubren que un ave recubre con bacterias sus huevos para evitar infecciones

74249 Investigadores de la Universidad de Granada (UGR) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han descubierto que las aves conocidas como abubillas recubren sus huevos con una grasa que ellas mismas segregan, cargada de bacterias, y que protege a los embriones de infecciones por patógenos. Este comportamiento, que sólo se ha encontrado en esta especie, también favorece a la eclosión de los huevos. En un experimento, publicado en la revista ‘Journal of Animal Ecology’, los científicos impidieron a varias hembras de abubilla impregnar sus huevos con esta sustancia, que ellas mismas cultivan en el interior de una glándula. Comprobaron así que la cantidad de bacterias patógenas que se encontraba en el interior de los huevos que fracasaron en la eclosión, fue mayor en aquellos nidos en los que experimentalmente habían impedido a las hembras usar su secreción. Como explica uno de los autores de este estudio, el profesor de Zoología de la UGR Manuel Martín-Vivaldi, en los últimos años se ha puesto de manifiesto en el campo de la ecología evolutiva «el importante papel que cumplen las bacterias, no sólo como agentes infecciosos capaces de producir enfermedades, sino como aliados de los animales y otros seres vivos en su lucha frente a las enfermedades, por su extraordinaria capacidad de sintetizar compuestos con propiedades antimicrobianas». Estas bacterias podrían ser útiles en medicina o para la conservación de alimentos En este trabajo, también han descubierto que las abubillas han desarrollado en sus huevos un rasgo excepcional (hasta ahora no encontrado en ninguna otra especie de ave) consistente en la presencia en su superficie de innumerables pequeñas depresiones que no atraviesan la cáscara por completo, y que parecen servir específicamente para retener la secreción con bacterias recubriendo el huevo. Todos estos resultados muestran que, en esta especie de ave, «la estrategia reproductora ha evolucionado estrechamente ligada al uso de bacterias que pueden resultarle beneficiosas por la producción de sustancias antimicrobianas, y que cultivan en su glándula y aplican sobre huevos especialmente preparados para retenerlas». Actualmente, los científicos trabajan para determinar la composición completa de la comunidad de bacterias que vive en la glándula, el modo de adquisición de esos simbiontes y los tipos de compuestos antimicrobianos que sintetizan estas bacterias capaces de proteger a los embriones en desarrollo. Los avances en esta línea permitirán entender mejor la manera en la que funcionan las interacciones mutualistas entre animales y bacterias beneficiosas, y también detectar nuevas sustancias antimicrobianas potencialmente utilizables en medicina o para la conservación de alimentos.
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