The Conversation | Autores:
- José Pablo Rodríguez Gobiet. Investigación en Psicología, Educación y Desarrollo, Universidad de Granada
- Francisco Manuel Morales Rodríguez. Profesor Titular de Universidad. Facultad de Psicología. Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación., Universidad de Granada
José llegó el martes a clase con la cabeza agachada. Venía del patio del recreo y la luz que desprendía su cara a primera hora de la mañana se había apagado por completo. Decía que “ya no podía más”.
Nuestro alumno, al igual que nosotros, es “de pueblo”. Nacimos en una zona rural de Andalucía. A pesar de los años que tenemos de diferencia, tanto él como nosotros hemos tenido que vivir actitudes y episodios de homofobia en la escuela.
José es un estudiante de 4º de Educación Secundaria Obligatoria cuya orientación sexual no cumple una serie de patrones que en ese contexto educativo se consideran una norma. Al no encajar en ese puzle, muchos adolescentes condenan sus comportamientos y aprovechan cualquier ocasión para discriminarlo al grito de “¡Maricón!”.
Aumento de discriminación
La homofobia sigue siendo un desafío importante en muchas sociedades, y el ámbito educativo no es ajeno a este fenómeno. A pesar de los avances legislativos, un 42,5 % de la población LGTBI+ ha sufrido algún tipo de violencia en este último año, según datos del Informe Estado del Odio: Estado LGTBI+ 2025.
En particular, en las aulas rurales la homofobia puede presentarse de formas sutiles o explícitas, afectando tanto a estudiantes como a docentes.
Raíces de la homofobia rural
En el aula, el comportamiento de los adolescentes se enmarca en un determinado contexto sociocultural, el que les ha “tocado” vivir. En este contexto confluyen una serie de variables: la educación y los valores recibidos en casa y en el instituto, pero también el contexto social y las redes sociales que frecuenta en la actualidad.
El adolescente es todavía un niño o niña en construcción, según la teoría de Piaget. Aunque el accceso a internet y redes sociales han cambiado los referentes, y ya no son únicamente los más cercanos, el contexto rural no ofrece la misma diversidad social y prevalece el modelo heteropatriarcal basado en tradiciones y costumbres poco permeables.
Es un modelo en el que a menudo se transmiten prejuicios e ideas preconcebidas. Quienes se salen del modelo suelen ser enseguida señalados; en el caso de la orientación sexual, los prejuicios y la desinformación llevan a la homofobia.
Intervención en vídeo del autor de este artículo en el Congreso Psicodocencia 2025 titulada Desinformación y Homofobia en Aulas Rurales Andaluzas de Secundaria.
Acoso escolar y sexilio
Nuestro alumno José es una víctima de su propio contexto, ya que los estudiantes que se identifican con la comunidad LGTBI+ a menudo sienten la presión de ocultar su orientación sexual, por miedo al rechazo o la violencia.
En Andalucía, por ejemplo, algunos adolescentes que se atreven a expresar su identidad sexual se enfrentan a burlas, insultos o exclusión e incluso agresiones físicas. Muchos se ven empujados a mudarse a una ciudad, lo que algunos expertos llaman “sexilio”.
Este autoexilio provoca, a su vez, que el colectivo LGTBI+ se mantenga casi inexistente en el medio rural, perpetuando la falta de normalización, los prejuicios y la discriminación.
Tipos de homofobia en contexto rural
El uso de términos como “maricón o bollera” van más allá de la violencia verbal: perpetúan la discriminación. La decisión de insultar o golpear a una persona homosexual pasa previamente por el uso de este tipo de palabras despectivas, ya que el agresor perpetúa un sistema en el que cree.
Los chistes, los comentarios jocosos constituyen un tipo de violencia de baja intensidad, cotidiana, que puede considerarse inofensiva pero cuyo efecto siguen siendo la exclusión y discriminación del diferente.
¿Cómo frenar la homofobia en contextos rurales?
Que la homofobia tenga una presencia elevada en las aulas rurales supone un déficit de educación inclusiva y respetuosa con la diversidad. En este sentido, el papel de los docentes es fundamental. A través de una formación adecuada en materia de derechos humanos y diversidad sexual, los educadores pueden ofrecer una enseñanza que no solo se centre en la transmisión de conocimientos académicos, sino también en valores como el respeto, la empatía y la igualdad.
Un ejemplo positivo es el programa desarrollado por nuestro grupo de investigación: Spoilea tus prejuicios: el armario que lucha contra la homofobia. Ha sido implementado en diversas aulas rurales de Jaén y Córdoba y en la Semana de la Ciencia de la Universidad de Granada.
Este programa incluye talleres donde padres, docentes y alumnos participan en actividades que fomentan la divulgación de nuestros estudios para frenar la homofobia a través de la comprensión de la diversidad sexual, avalado por un proyecto de investigación educativa de la Junta de Andalucía. De esta manera, se ofrecen espacios colaborativos entre la investigación y la docencia.
Avanzar con ciencia y educación
Ciencia y educación son los ingredientes perfectos para avanzar, para desarrollar proyectos psicoeducativos que hagan a nuestro alumnado crecer como personas en libertad e igualdad. Combatir la homofobia no solo beneficia a los jóvenes LGTBI+, sino que contribuye a la creación de pueblos más justos, igualitarios y respetuosos con la diversidad.
Nosotros, al igual que muchas, muchos y muches de vosotres, fuimos también ese José, ese “maricón de pueblo” que nunca entendió por qué parte de su clase le apartaba. Desde la investigación y su aplicación práctica, queremos ayudar a José y a todes a lograr una sociedad rural más justa.