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La Universidad de Granada disminuye su huella de carbono en un 75% en 2021 respecto al trienio anterior

La UGR, en virtud de su compromiso con un desarrollo sostenible, ha registrado voluntariamente su huella de carbono en el Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones y en el ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico

La Universidad de Granada, firmemente comprometida con la generación de un modelo de desarrollo que ponga en el centro el cuidado de las personas y del planeta y que sea capaz de responder a los desafíos globales presentes y futuros, ha realizado el registro de su huella de carbono en el Registro del Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones (SACE) que, a su vez, le da traslado al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico para su validación en el Registro de huella de carbono y compromiso de reducción de CO2.

Es en este registro ministerial el que gestiona el reconocimiento administrativo de cálculo de huella de carbono yel que aprueba las propuestas de planes de reducción de dicha huella. En ese marco, la UGR ha registrado su huella de carbono de los años 2019 al 2021 con el resultado de un descenso notable de ella: de 10.797 toneladas de CO2 a 2.718, lo que supone una reducción del 75%. Esas cifras, en número relativo según los usuarios de la institución, refleja también que se ha pasado de emitir 207.003 a 47.494 kilos de CO2 por usuario.

El concepto de huella de carbono define el conjunto de emisiones de gases de efecto invernadero producidas, directa o indirectamente, por personas, organizaciones, productos, eventos o regiones geográficas, en términos de CO2 equivalentes, y nace como una medida cuantitativa que genera un indicador del impacto que una actividad o proceso tiene sobre el cambio climático, más allá de los grandes emisores. Se trata de una herramienta de gestión muy útil para conocer las conductas o acciones que están contribuyendo a aumentar nuestras emisiones, cómo podemos mejorarlas y realizar un uso más eficiente de los recursos.

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, por el RD 163/2014 del 2014, crea el registro de la huella de carbono, que permite reconocer a empresas, administraciones y otras organizaciones españolas que la registran, ya que se trata de una acción de carácter voluntario. Este registro fomenta el cálculo y, a la vez, suele ir acompañada de medidas de reducción de esa huella de carbono por parte de las organizaciones españolas. También permite promover distintos proyectos enfocados a la mejora del sumidero de carbono a nivel nacional.

La Universidad de Granada, tras finalizar el proceso de validación por parte de la Dirección General de Sostenibilidad Ambiental y Cambio Climático de la Junta de Andalucía, el 27 de noviembre se realizó el registro de Huella de Carbono en el Registro del Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones (SACE), dando traslado al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico para su validación en el Registro de huella de carbono y compromiso de reducción de CO2.

La UGR, como universidad pública, crítica y transformadora al servicio de la sociedad, ha asumido su responsabilidad y su capacidad de ser parte activa y comprometida en este proceso de transformación hacia una vida mejor, lo que le ha llevado a calcular y registrar su huella de carbono durante los años 2019, 2020 y 2021 en lo que técnicamente se conoce como alcance 1+2. El alcance 1 se refiere a emisiones directas procucidas por quema de combustibles. Están en este alcance las emisiones provenientes de la combustión en calderas, hornos, vehículos, etc., que son propiedad de o están controladas por la entidad en cuestión, así como las emisiones fugitivas (fugas de aire acondicionado, fugas de CH4 de conductos, etc.). El alcance 2 hace referencia a las emisiones indirectas generadas por la generación de electricidad adquirida y consumida por la organización.

Actualmente se está gestionando el registro de huella de carbono para el año 2022, y estableciendo las bases para el cálculo del alcance 3, referido a otras emisiones indirectas indirectas que se producen por la actividad del emisor pero que son propiedad y están bajo el control de un agente ajeno al emisor. Es el caso de la extracción y producción de materiales que adquiere la organización, los viajes de trabajo a través de medios externos, el transporte de materias primas, de combustibles y de productos (por ejemplo, actividades logísticas) realizados por terceros o la utilización de productos o servicios ofrecidos por otros.