El proyecto, llamado ‘Huella Geo-climática Urbana’, busca clasificar las ciudades a partir de esos dos parámetros para proponer soluciones comunes a urbes con problemas y contextos similares
Investigadores de la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con especialistas de 17 servicios geológicos de toda Europa, están desarrollando una herramienta llamada Huella Geo-climática Urbana (UGF, por sus siglas en inglés), diseñada para clasificar las ciudades europeas según su contexto geológico y climático. Esta herramienta pionera, elaborada en el marco de una tesis doctoral que se lleva a cabo en la UGR, ha sido aplicada a 41 ciudades europeas y su descripción y resultados se ha publicado recientemente en la prestigiosa revista Cities, especializada analizar las características y la gestión de las ciudades.
El enfoque de UGF se basa en que las ciudades con geología y clima similares enfrentan problemas comunes, tanto por su subsuelo como por los efectos del clima. Asimismo, estos dos elementos están a su vez interrelacionados. Por ejemplo, el agua subterránea, un elemento clave del subsuelo, puede ser utilizada para paliar los efectos de una sequía. Por otro lado, las lluvias torrenciales pueden generar inundaciones y afectar a la vez al sustrato geológico, provocando corrimientos de tierra o hundimientos.
La UGF también tiene en cuenta otros aspectos propiamente geológicos que benefician o afectan a las ciudades. Así, la herramienta toma en cuenta valores negativos como la exposición de las ciudades a terremotos o erupciones volcánicas o valores positivos como los recursos que ofrece el subsuelo, entre los que se pueden encontrar agua subterránea, materiales de construcción, espacio para desarrollar infraestructuras subterráneas o recursos geotérmicos, entre otros. El análisis de UGF trata de sintetizar estos aspectos en un índice que permite clasificar a las ciudades de acuerdo a los servicios o amenazas que les aporta el subsuelo.
Las cinco ciudades españolas analizadas han sido Barcelona, Granada, Madrid, Málaga y Zaragoza. Todas ellas presentan un valor intermedio del índice UGF en comparación con las demás ciudades europeas evaluadas. Esto implica que no sufren graves problemas relacionados con la interacción entre clima y subsuelo, es decir, no están expuestas a riesgos geológicos significativos, una contaminación intensa del subsuelo o una presión urbana excesiva sobre este, entre otras problemáticas. De las 41 ciudades europeas evaluadas, la relación de estas ciudades españolas con el sustrato geológico no es crítica, aunque deben prestar atención al subsuelo para evitar problemas puntuales o aprovechar las oportunidades que representa.
Barcelona ocupa la posición más alta en el ranking UGF entre las ciudades españolas, lo que supone que es la que más atención, para lo positivo y lo negativo, ha de prestar a su subsuelo, el más complejo de las ciudades españolas analizadas por lo que supone retos añadidos para la construcción de sus infraestructuras subterráneas. Además, la ciudad enfrenta diversos fenómenos exacerbados por el cambio climático, como lluvias torrenciales, inundaciones marinas y erosión costera, así como otros vinculados a este, como el ascenso del nivel del mar.
Granada y Málaga siguen a Barcelona en el ranking. Ambas tienen una exposición intermedia a terremotos, algo distintivo al resto de ciudades españolas analizadas. No obstante, también presentan ventajas geológicas: Granada destaca por su paisaje, algo íntimamente ligado a su geología, y la disponibilidad de agua subterránea para enfrentar sequías, mientras que Málaga, por ejemplo, tiene un subsuelo con materiales fáciles de excavar, lo que favorece el desarrollo de obras subterráneas a menor coste que en otras ciudades con subsuelos rocosos. En ambas, la geología tiene un papel importante para explicar su fisonomía y desarrollo.
Madrid y Zaragoza son las dos ciudades españolas con un menor valor del índice UGF, con una relación algo menos relevante con su contexto geológico. No obstante, su subsuelo alberga agua freática en abundancia y está formado por materiales fáciles de excavar para el desarrollo de infraestructuras subterráneas. Con respecto a los riesgos geológicos, solo destaca Zaragoza, la cual enfrenta ocasionalmente inundaciones del río Ebro y lluvias torrenciales que provocan peligrosas avenidas repentinas. Ambas ciudades presentan además rocas solubles que han generado hundimientos y problemas en edificios e infraestructuras. Madrid, por ser una gran urbe, ejerce más presión sobre su subsuelo que Zaragoza, pero ninguna de estas ciudades sufre problemas de explotación o contaminación subterránea comparables a otras urbes europeas.
La herramienta presentada permite, además de realizar una evaluación rápida, agrupar las ciudades según sus particularidades. De esta manera, Barcelona y Málaga se incluyen con otras urbes con características geo-climáticas similares, como Dublín, Roma o Trieste, todas con sustratos geológicos complejos y susceptibles a fenómenos como inundaciones. Madrid y Zaragoza, en cambio, se ubican entre las que tienen una estructura subterránea más sencilla y sin riesgos importantes. En estas ciudades, los factores climáticos extremos y también las inundaciones son los que generan mayor preocupación. Ciudades como Londres, Nantes o Varsovia comparten estas características. Granada pertenece a otro grupo, junto a Milán, Budapest o Praga, donde el sustrato geológico ha sido determinante en la configuración de la ciudad. Estas urbes están especialmente expuestas además a eventos climáticos severos como sequias, olas de calor o lluvias torrenciales.
La herramienta y sus valoraciones están en constante revisión, y se espera que en los próximos años el ranking sea actualizado y se incorporen nuevas ciudades. Este estudio inicial es solo el primer paso para ajustar la herramienta y darla a conocer, con el objetivo de refinar sus evaluaciones.
En un momento en que la geología está perdiendo profesionales y la cultura geológica es minoritaria en la sociedad europea, la herramienta UGF resalta la relevancia que tiene el subsuelo en las zonas urbanas. En ese sentido, el papel de las personas especialistas en geología es clave en el desarrollo de las ciudades y su adaptación al cambio climático. La metodología propuesta busca sensibilizar tanto a los responsables de decisiones como al público general sobre la conexión entre el entorno geológico, el cambio climático y las actividades humanas. También promueve el intercambio de buenas prácticas entre los gestores y planificadores de ciudades similares desde el punto de vista geo-climático para fortalecer la resiliencia y diseñar políticas basadas en el conocimiento geológico.
Referencia:
Lentini A, Galve JP, Benjumea B, et al (2024) The Urban Geo-climate Footprint approach: Enhancing urban resilience through improved geological conceptualisation. Cities 155:105287
https://doi.org/10.1016/j.cities.2024.105287
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