El estudio concluye que esta violencia afecta a la memoria hasta el punto de que uno de cada cuatro supervivientes sufre un deterioro leve y un 5 % grave, lo que posteriormente afecta y les perjudica en su declaración judicial
El equipo de investigación BELIEVE, de la Universidad de Granada, pionero en el estudio de la neurociencia aplicada a la violencia de género, ha liderado una iniciativa que, por primera vez, aúna los principales hallazgos en ese campo en una publicación, Neuropsicología de la Violencia de Género, que, además, es de carácter abierto y está editado por la Editorial Universidad de Granada. El libro se puede descargar en este enlace.
Esta publicación incluye la evidencia más actual sobre las secuelas neuropsicológicas y cerebrales en mujeres supervivientes y sus descendientes expuestos a violencia de género, los mecanismos involucrados en la aparición de dichas secuelas, las principales consideraciones de evaluación y rehabilitación neuropsicológica en mujeres y menores víctimas y supervivientes, así como las implicaciones forenses de dichas alteraciones y la aplicación de la neuropsicología en los procedimientos judiciales. También se expone el desarrollo de la Batería Believe, una batería de evaluación neuropsicológica gratuita y específica para la evaluación de las víctimas de esta violencia. Además, y desde la perspectiva holística que caracteriza este trabajo, el libro destina un capítulo al papel de la neurociencia en el estudio de la conducta de los hombres condenados por violencia de género, y cómo dicho conocimiento podría contribuir a la disminución de la reincidencia.
Neuropsicología de la Violencia de Género presenta no solo los hallazgos más importantes sobre la aplicación de la Neurociencia y la Neuropsicología a la violencia de género, sino que tiene como objetivo concienciar a profesionales que atienden a supervivientes, tanto mujeres como menores, además de a personas vinculadas con la política, abogacía, magistratura y judicatura sobre la necesidad de evaluar, rehabilitar y contemplar en los procesos judiciales dichas secuelas neuropsicológicas.
Este estudio ha medido las secuelas neuropsicológicas de la víctimas del maltrato que afectan a la memoria o las funciones ejecutivas, desde la toma de decisiones a sus forma de testificar en un juicio. Su conclusión es que una de cada cuatro supervivientes sufre un deterioro leve y un 5 % grave, daños que se repiten también cuando el maltrato es psicológico, sin golpes. Believe ha diseñado una pruebas que permiten medir desde un punto de vista neurocientífico ese deterioro cognitivo. Sus investigaciones han demostrado, también, que el estrés crónico y los efectos del exceso de cortisol que tiene asociado, el estrés postraumático de las víctimas, los golpes directos en la cabeza y los intentos de estrangulamiento generan secuelas neuropsicológicas. Las consecuencias en la memoria alcanzan actividades de la vida cotidiana y, también, afectan a la capacidad de recordar lo ocurrido en momentos tan trascendentes como los mismos procesos judiciales que enjuician la violencia ejercida sobre ellos.
Tras el análisis de los daños, Believe pondrá en marcha en breve un programa pionero de tratamiento de esas lesiones. Los investigadores trabajarán con los supervivientes del maltrato con un trabajo adaptado al daño recibido y a la evolución de cada víctima, ha explicado Natalia Hidalgo Ruzzante, , coautora de estos estudios e investigadora del departamento de Psicología Evolutiva del Centro de Investigación Mente Cerebro y Comportamiento de la UGR. El objetivo es, además, incorporar al mayor número de mujeres posible. El programa Neuro-IPV medirá además el impacto de la exposición directa a la violencia de género en los hijos de esas parejas en un estudio pionero para analizar la huella neuropsicológica que deja presenciar el maltrato en menores que rinden menos y cambian sus hábitos y sus capacidades.
El programa de investigación Neuro-IPV comenzó su andadura en 2009 dentro del grupo Believe y desde entonces se ha centrado en aplicar la aproximación neurocientífica a la lucha contra la violencia de género que ha trabajado con supervivientes de maltrato, con sus hijos y con los agresores. La investigadora Natalia Hidalgo Ruzzante, del departamento de Psicología Evolutiva del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la UGR y coautora de estos estudios, ha explicado que la neurociencia permite abordar el maltrato desde otra perspectiva y sumar herramientas en la lucha para erradicarlo.