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El Instituto de Geofísica de la UGR mejora la monitorización del volcán de La Palma con un segundo equipo

  • Una expedición científica de la UGR ha regresado a La Palma para instalar un segundo equipo sísmico que permita mejorar el seguimiento y la monitorización de la erupción del volcán de Cumbre Vieja

Una expedición científica del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada (UGR) ha regresado a La Palma para instalar un segundo equipo sísmico que permita mejorar el seguimiento y la monitorización de la erupción del volcán de Cumbre Vieja.

Esta nueva instrumentación (“array” o antena sísmica) se sumará a la que ya se instaló hace algo más de una semana para controlar la actividad sísmica en la zona, como indicador del estado dinámico en el que se encuentra el volcán y herramienta de evaluación para gestionar los niveles de alerta sismo-volcánica.

La instrumentación, específicamente diseñada para el estudio de las señales características de los entornos volcánicos y que requiere de una alta cualificación científico-técnica, fue puesta a punto en un tiempo récord por personal del instituto universitario, explica Enrique Carmona, miembro del Instituto andaluz de geofísica y profesor de la UGR en el máster “Geofísica y Meteorología”.

Después que la primera antena sísmica, que se colocó a unos 4 kilómetros del principal centro de emisión del volcán, haya registrado datos sísmicos que han podido ser recibidos gracias a su conexión a la red en las instalaciones del propio instituto en Granada, el nuevo “array” se va a ubicar a unos 2 kilómetros de la boca.

A diferencia de las redes de estaciones sísmicas que están más separadas en el territorio, esta agrupación de sensores cuenta con una configuración “muy densa” y la escasa distancia existente entre ellos permite el uso de métodos de análisis diferentes a los convencionales en sismología.

Localizar señales de cualquier tipo

Según explica el investigador de la UGR, con ello se pueden detectar y localizar señales de cualquier tipo -terremotos, explosiones o tremor- con o sin fases, e incluso los de muy pequeña magnitud en condiciones de ruido adversas, como es el caso del volcán de Cumbre Vieja.

El método permite, en definitiva, estudiar en detalle las fuentes sismo-volcánicas y determinar la estructura local de velocidad en el medio.

“Con estas antenas sísmicas es como si lográramos escuchar al volcán desde más cerca, sin depender de las estaciones tradiciones”, indica Carmona, que añade que el objetivo final es determinar si hubiera algún cambio en el movimiento de la cámara magmática y detectar otras señales de interés.

El científico destaca que, con la instalación de los dos “arrays”, se va a lograr complementar la información de ambos, de forma que el cruce de sus soluciones permita saber con mayor exactitud la localización del posible movimiento o dirección del magma.

El análisis de la actividad sísmica puede por tanto indicar los movimientos del magma en el interior de las fracturas y determinar el tamaño y la geometría de los conductos volcánicos.

Los investigadores del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos de la Universidad de Granada cuentan con amplia experiencia en el estudio de la sismología volcánica, ya que desde 1994 también han sido los responsables de la monitorización y gestión de riesgo sismo-volcánico de la isla Decepción, en la Antártida, durante las distintas campañas organizadas por el Gobierno de España.

También ha trabajado antes en otras islas Canarias, Islas Azores, el volcán Etna, Islandia, Japón, Argentina y México

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