
02 Nov, 2011 · 18:00 al 02 Nov, 2011 · 20:00
Conferencia: «Cómo se desmoronó un imperio: la convulsión del mundo chino entre las guerras del opio y la instauración de la república en 1911»
Conferencias, seminarios, divulgación científica
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- Organiza: Instituto Confucio de la Universidad de Granada, en colaboración con el Seminario de Estudios Asiáticos
- Ciclo «China 1911: El fin de la época imperial»
- Conferenciante: Dra. Ana María Busquets Alemany. Profesora de la Universidad Pompeu Fabra y la Universidad Oberta de Catalunya
- Lugar: Salón de conferencias de La Madraza, C/ Oficios.
- Fecha: 2 de noviembre de 2011
- Hora: 19.00 h.
- Información sobre la conferenciante: Anna Busquets es doctora en Historia (2008, UPF), licenciada en Humanidades por la UPF (1992 – 1996), Máster en Historia (1996 – 1998) por el Instituto de Historia Jaume Vicens Vives de la UPF y ha realizado un Posgrado en Lengua y Civilización China (1997 – 1999) en la IDEC. Actualmente es profesora de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya, y desde el año 2003 hasta 2009, fue la Directora del Programa de Estudios de Asia Oriental de la UOC. Desde noviembre de 2008, es Adjunta del Vicerector de Ordenación Académica y Profesorado de la Universitat oberta de Cataluña. Además, es profesora asociada de la Universidad Pompeu Fabra y imparte clases de historia contemporánea de China en la Escuela Superior de Comercio Internacional. Área de conocimiento: Historia antigua y moderna de China. Sus principales líneas de investigación son los contactos entre China y España durante los siglos XVI y XVII.
- Resumen de la conferencia:
A partir de la primera mitad del siglo XIX, los signos de decadencia y de debilidad de la última dinastía imperial china, la Qing, son cada vez más evidentes. El Tratado de Nanquín (1842) es el primero de los muchos ‘tratados desiguales’ que la dinastía Qing se vio obligada a firmar con diferentes países occidentales. En todos los tratados, un denominador común: la aceptación y adecuación de los chinos a las exigencias de los extranjeros. En un contexto claro de crisis y de degradación continua –en el que las finanzas del estado cada vez eran más deficitarias, la corrupción mayor, el clima social cada vez más enrarecido, los levantamientos más frecuentes y la presión exterior cada vez más agresiva-, la dinastía Qing acabó perdiendo por completo tanto el control del territorio como el apoyo del tejido social. En 1911, tras varios intentos previos fallidos, los movimientos revolucionarios terminaron por sumarse hasta afectar a buena parte de las provincias y alcanzar el éxito. Sun Yatsen, esencial para entender este período, pudo regresar a tiempo del extranjero para ser elegido presidente de la República. - Más información: sl.ugr.es/00XS