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Las bolsas de pobreza se multiplican incluso en las naciones más ricas, según un libro editado por la UGR

Las bolsas de pobreza se multiplican incluso en el seno de las naciones más ricas, y pese a los progresos realizados, las disparidades entre los países se hacen cada vez más profundas, según se recoge en el libro “El sistema Lomé: análisis empírico de la cooperación comercial ACP-UE”, de la profesora de la Universidad de Granada Carmen María Llorca Rodríguez.

El libro, editado por la Universidad de Granada, con la colaboración de la Junta de Andalucía, Fondo Social Europeo y Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Granada, recoge en 440 páginas, los antecedentes de la cooperación al desarrollo en el marco de las comunidades europeas, el nacimiento del sistema Lomé, las convenciones ACP-CE y Lomé, la cooperación en productos básicos, así como la industrial, la financiera y técnica, etc, hasta llegar a un análisis empírico de la cooperación comercial ACP-UE, y principales resultados y conclusiones.

Según la autora, Carmen María Llorca, “ya no se puede apostar por la continuidad de la rutina empresarial en medio de una revolución tecnológica centrada en el procesamiento de la información. La realidad demuestra que no se trata de una vuelta al ciclo económico tradicional, sino a otro en el que las subidas y bajadas en los mercados son resultado de la turbulencia de información que combina los criterios económicos con otras fuentes de valoración.”

Señala la profesora Llorca Rodríguez que la tecnología continúa expulsando trabajo humano de la producción de determinados bienes y servicios sin proporcionar suficiente empleo alternativo, ni en los lugares donde se pierden, ni con la cualificación de los extinguidos.

La transferencia de trabajo, de regiones con salarios altos a países con retribuciones más bajas, permite a los países desarrollados convertirse en economías de trabajo barato con posibilidades de competir con los nuevos países industrializados; pero los resultados son socialmente insoportables durante mucho más tiempo.

Asimismo, la brecha tecnológica entre los países más avanzados y los menos desarrollados sigue abriéndose cada vez más, volviéndose mucho más profunda, con las graves implicaciones que ello supone de cara al futuro.

Las políticas económicas, basadas en estudios profundos de la realidad, se articulan, en palabras de la autora de este libro “con el claro propósito de mejorarla y, al mismo tiempo, amortiguar sus desequilibrios; por lo tanto, reducir la economía a una ciencia descriptiva es negarle sus posibilidades científicas. La economía tampoco es una ciencia matemática, es cierto que se ocupa de cantidades, pero entre esas cantidades está el hombre. Finalmente, entre una y otra posición, creo que se ajusta más a la realidad una definición en la que se subraye que la economía es una ciencia social que estudia cómo se producen y distribuyen los bienes materiales, y cómo deberían producirse y distribuirse; completada con la idea de que su objeto no es la riqueza por la riqueza, sino la mejora de la existencia individual y colectiva del hombre en todos los aspectos esenciales de la misma”.

Referencia
Prof. Carmen María Llorca Rodríguez. Dpto. de Economía Aplicada. Universidad de Granada.
Tlf.: 958 249 068 / 244 046.
Correo e.: cmllorca@ugr.es