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Martínez de la Rosa destacó por la lucha en favor de la libertad de Prensa

La defensa de los derechos y libertades, su énfasis en la libertad de Prensa, y la separación de poderes, así como la consideración de que el Ejército debía ser un cuerpo profesional al servicio del Estado para defender la libertad y la independencia, son parte del discurso contenido en la tesis que sobre Francisco Martínez de la Rosa ha realizado el licenciado en Historia Contemporánea, Pedro Pérez de la Blanca Sales, bajo la dirección del catedrático y director del Departamento de Historia Contemporánea de la Universidad de Granada, Juan C. Gay Armenteros.

Según Pedro Pérez de la Blanca, el político y literato granadino Martínez de la Rosa –nacido en Granada en 1787 y fallecido en Madrid en 1862–, coincide en su trayectoria vital con la peripecia de los españoles de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, que asistieron a la crisis y agonía del Antiguo Régimen en España, la convulsión de la Guerra de la Independencia y todo el conjunto de tensiones políticas, sociales, económicas y culturales que determinaron la gestación y asentamiento del liberalismo en España.

Perteneciente a una acomodada familia de hidalgos, disfrutó de una esmerada educación que le permitió estar en contacto con los grandes clásicos de la literatura griega y latina, y al mismo tiempo, cultivar los clásicos del Siglo de Oro y los pensadores políticos más avanzados del momento. Profesor y Catedrático de Derecho, el escritor granadino toma partido por la causa de la Independencia nacional, tras la invasión francesa, realizando gestiones en representación de la Junta de Granada para la compra de armamento que sería utilizado en la Batalla de Bailén. Presidente del Gobierno en dos ocasiones (1822 y 1834-35), diputado en todas las legislaturas desde 1813 en las que representó a Granada, presidente del Congreso de los Diputados, Embajador en Francia (1844,1846,1847,1848) y en Italia (1848-1851),

Ministro de Estado con Narváez, su influencia fue decisiva en la gestación del Estatuto Real de 1834 que influiría en todas las demás constituciones españolas, en las negociaciones concordatarias con Roma que darían origen al Concordato de 1851, y en la elaboración de la Constitución de 1845.

Desde un punto de vista literario, fue el introductor del Romanticismo en España con dramas como “La Conjuración de Venecia” o “Abén Humeya” aunque también influido por la estética del Neoclasicismo moratiniano compuso comedias como “Lo que puede un empleo” “La Boda y el Duelo” o “La niña en casa y la madre en la máscara” centrados en la defensa de la familia como núcleo de la sociedad y la denuncia de las convenciones hipócritas de una sociedad decadente.

Pérez de la Blanca califica al político granadino como “un hombre de moderación y de concordia”, y afirma que “para Martínez de la Rosa la libertad se conserva con el orden, y este con el respeto a la ley en la que están todas las garantías de progreso de una nación. Por ello su opción por las libertades fue clara –asegura– desde el primer momento, poniendo fuera de la ley a don Carlos, hermano de Fernando VII que aspiraba a la Corona en lugar de Isabel II y que propugnaba una vuelta a la monarquía del Antiguo Régimen”.

Como embajador, defendió una política de neutralidad activa basada en una intensificación de las relaciones con el entorno natural de España: el norte de Africa, que habría que colonizar; América para restablecer las relaciones con las nuevas repúblicas del cono sur americano; Cuba, en la que se manifestó contrario a la esclavitud y a la trata de negros.

Pedro Pérez de la Blanca ha realizado su investigación en archivos españoles (Granada y Madrid) y franceses, manejando documentación de protocolos notariales relativos a su familia, papeles de policía de los archivos franceses y españoles, documentos del Archivo de la Universidad de Granada, de la Hemeroteca Municipal, del Congreso de los Diputados, la Real Academia de la Historia y el Ministerio de Asuntos Exteriores, destacando sobre todo el análisis de sus discursos en el Congreso que han servido para el análisis de su pensamiento político, a partir de los diarios de Cortes del Congreso de los Diputados.

Con su tesis, Pedro Pérez de la Blanca contribuye a despejar algunas leyendas negras sobre la figura de Martínez al que se tenía por poeta encerrado en su torre de marfil o como intelectual ambicioso y sin dotes de gobierno. El autor resalta, así, la personalidad de Martínez de la Rosa, de gran talla humana, muy trabajador y obstinado en la consecución de sus fines de defensa de la libertad y la tolerancia en nuestro país.


Para más información:
Pedro Pérez de la Blanca Sales. Dpto. de Historia Contemporánea. Universidad de Granada. Tlfns: 958 260933, 619 957261. Correo e.pedro@entrenosotros.com