Inicio / Historico

Un grupo de científicos granadinos trabaja en un tratamiento alternativo a la quimioterapia y la radioterapia

El grupo de investigación Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Investigación Biológica de la Universidad de Granada trabaja para ofrecer una alternativa a las temidas y no siempre efectivas quimioterapia y radioterapia. El grupo, pionero en este terreno y dirigido por Antonia Aránega, mantiene desde hace algunos años una línea de desarrollo centrada en la evolución de los marcadores moleculares que indican cómo se desarrolla una célula. «Esto no es más que analizar qué tipo de procesos biomoleculares están involucrados en el proceso de desarrollo desde que una célula es indiferenciada hasta que llega a ser diferenciada (inmadura y madura)».

La investigación comenzó analizando las células embrionarias para conocer qué elementos influían en la transformación hasta llegar a ser maduras, pero los científicos granadinos intentaron ir más allá y comprender el proceso inverso: «qué fenómenos ocurren en una célula adulta para que se transforme en algo diferente». En este punto es donde los investigadores observaron que las células diferenciales o maduras sufrían trastornos comparables con los procesos que se provocan en los pasos intermedios de inmadurez a madurez en una célula sana. «Nos pareció un buen camino para analizar la línea tumoral desde los procesos de diferenciación. Con esta lógica elaboramos fenómenos de diferenciación en una línea turmoral, realizamos una comparación entre la célula indiferenciada y la tumoral». Una investigación ha abierto las puertas a cientos de líneas de investigación en diferentes países gracias a la colaboración y la aparición del descubrimiento en revistas especializadas como Patología Tumoral.

La investigación ya ha tenido aplicaciones médicas que cada día avanzan a pasos agigantados. Gracias a este descubrimiento la quimioterapia y la radioterapia tiene ya un modelo de análisis de efectividad. «Nos planteamos por qué la quimioterapia y la radioterapia no siempre surten efecto». Unos tratamientos costosos para la sanidad y para el paciente que sufre importantes consecuencias físicas y tan sólo podían ser analizados sus resultados una vez terminado el tratamiento. «Nosotros conseguimos ver en el laboratorio el proceso. Reprodujimos en cultivo la quimioterapia y conseguimos analizar que sucede a nivel genético. De esta forma descubrimos que el gen MDR apenas existen antes de iniciar la quimioterapia se reproducía de forma alarmante en algunos casos y evita la efectividad del tratamiento».

Los investigadores observaron que cuando se aplicaba el gen la quimioterapia no entraba dentro de la célula, el porqué es todavía una incógnita: «la situación, la dosis… Aunque lo que estaba claro es que la amplificación del gen produce una peclocoproteina, es decir funciona como escoba que barre todo el tratamiento». Este descubrimiento permite no sólo medir cuando deja de tener efecto el tratamiento de quimioterapia, sino que también permite hacer un seguimiento del tratamiento y por lo tanto un índice de pronóstico. Este descubrimiento es importante tanto para la sanidad pública, que ahorraría esfuerzo y dinero, y además para el enfermo que no tendría que someterse a todas las fases de la quimioterapia o radioterapia, ya que con un simple análisis de sus células se diagnosticaría la evolución de su enfermedad y la necesidad de continuar aplicando tratamientos de choque.

El grupo de Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Investigación Biológica investiga también la comunicación intercelular, «el mundo biológico. Un espacio apasionante que reproduce modelos interesantes como es el caso de la cooperación entre células, una fenómeno concatenado que forma una cadena al servicio del proceso de desarrollo». Este es el caso de las células, llamadas vulgarmente, suicidas. «Por un lado está la muerte celular y por otro la apotosis, células programas para morirse en un determinado momento, es la muerte celular programada que tienen permite la capacidad de desarrollo de otras células y por lo tanto la continuación de la cadena». Desde esta perspectiva los investigadores comenzaron a preguntarse si existiría una fórmula que permitiera tratar el cáncer más allá de las terapias agresivas como quimioterapia y radioterapia. «Son muchos los científicos que trabajan en este campo». En Granada los miembros del grupo Nuevas Tecnologías dedujeron que si existen células programadas para morir «es posible que introduciendo en las células tumorales la información necesaria para su muerte estas se suiciden solas».

El grupo de investigación del Centro de Investigaciones Científicas, dirigido por Juan Luis Ramos, aportó a los investigadores granadinos parte de su investigación, «él ya tenía un gen trasfectado a bacterias, es decir tenía células con genes distintos a los suyos, había metido a las células de las bacterias el gen suicida. Nosotros probamos con células eucariotas, un modelo humano». El resultado puede abrir las puertas para un nuevo tratamiento del cáncer. «En el laboratorio las células han conseguido ser trasfectantes estables» y los chequeos demuestran que el gen suicida está dentro de ellas.

En la actualidad los investigadores se encuentran en el nivel más complicado. «Saber qué técnica hay que utilizar para aplicarlo a cada modelo celular». La fase final está apunto de terminar, según Antonia Aránega, «ya se ha probado con el cáncer de mama y el de melanoma. Estamos en la fase final, hemos colocado un promotor -par que controle la activación del gen suicida- y tan sólo falta descubrir un elemento externo, una sustancia que accione desde fuera la cadena del suicidio». Tras esto la aplicación será cuestión de tiempo.

Los investigadores esperan obtener resultados muy pronto y poner en manos de especialistas su descubrimiento para que los tratamientos comiencen a tener operatividad. Aunque en el caso del cáncer todavía quede tiempo por delante está claro que toda esta investigación a permitido dominar la técnica de trasfección y por lo tanto aplicar genes dentro de células.


Para más información: Antonia Aránega Jiménez. Departamento de Ciencias Morfológicas.
Teléfonos: 958 243534 // // 629558521