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Internet ha propiciado que el porcentaje de renta mundial que reciben los países pobres haya descendido, en la última década, desde el 2,4 % al 1,3%

Frente a la postura optimista de Larbi Messari, el periodista Domingo del Pino opina que la globalización, entendida como concentración mediática, conlleva el enriquecimiento de pocos emisores, aunque porta importantes elementos de progreso. Los datos expuestos, dejan clara la evidencia: durante los últimos diez años, el periodo de expansión de Internet, la renta mundial que va a parar a los países menos desarrollados ha descendido desde el 2,4% al 1,3%. En el polo opuesto, los países más poderosos han incrementado su capital desde el 78% que poseían hace diez años, hasta el 86% actual. Es decir, la quinta parte de la humanidad percibe el 86% del dinero que se genera.

Otro ejemplo expuesto por Del Pino es el acceso a Internet. Para él «globalización se entiende como que todo el mundo tiene acceso a la información, pero no se tiene en cuenta quienes realmente tienen acceso a Internet». De los aproximadamente 500 millones de ordenadores conectados a Internet en todo el mundo, 20 de ellos en España, África sólo posee 3 millones y medio de ordenadores.

Al hilo del estudio de la comunicación en el tercer mundo, eje del estudio de hoy, miércoles 27 de julio, dentro del desarrollo del curso del Centro Mediterráneo que se celebra en Almuñécar, el periodista Domingo del Pino, experto en temas de comunicación mundial, se ha centrado en el análisis de la globalización de la comunicación, no de la economía, tema de estudio de otros ponentes. Del Pino habla de ese «famoso cuarto poder que le atribuimos a la prensa, tiende a convertirse en un poder más ejecutivo».

La transformación que han sufrido los periodistas, de los que en ocasiones se ha vaticinado su desaparición, ha evolucionado desde el «periodismo romántico», en el que corríamos tras la noticia, hasta el momento actual en el que somos un asalariado más, comenta Del Pino. Ahora hay un monopolio gubernamental a través de esa ingeniería de empresas, en el que «es prácticamente imposible que surja un discurso diferente al que exponen los Gobiernos».

Monopolio gubernamental

«La globalización, – opina el periodista -, cambia los usos y costumbres, y deja obsoletos a partidos limitando la soberanía de los Gobiernos», expone el periodista, quien afirma que los grandes grupos mediáticos están tomando poder, no gubernamental, pero decisivo.

Al igual que ha ocurrido en el panorama político, en el que se habla de Partido Popular o Partido Socialista, en el panorama comunicativo se ha producido una bipolarización. Por un lado El País, que se asocia un poco con la izquierda, y el Mundo, que se asocia un poco con la derecha. «Ese es el pensamiento único, donde los partidos políticos, si no se renuevan, son incapaces de producir ideas renovadoras, como controlar los flujos de capitales, incluir políticas de medio ambiente, o abordar el estudio del genoma humano, por ejemplo».