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Las boticas acogen las consultas sobre dolor, pero acusan falta de protocolos

LAS BOTICAS ACOGEN LAS CONSULTAS SOBRE DOLOR, PERO ACUSAN FALTA DE PROTOCOLOS.
Investigación y trabajo en equipo.

(Las consultas sobre dolor copan las farmacias y, a pesar de que la atención farmacéutica en este campo avanza más que en otros, los profesionales siguen acusando falta de protocolos homogéneos para todo el territorio nacional. Además, el trabajo en equipo resulta fundamental y, en cambio, está muy poco desarrollado. Sin embargo, algunos proyectos ya revelan que el boticario tiene mucho qué hacer y qué decir en este ámbito).

Me duele la cabeza. Me voy a la farmacia a por un antiinflamatorio. Esta frase se ajusta a una situación que resulta bastante habitual entre la población española. De hecho, uno de los últimos estudios realizados al respecto —Estudio Colgate Sensitive sobre los españoles y el dolor— confirma que, ante un dolor leve o moderado, la primera reacción consiste en adquirir un medicamento (ver tabla). La pregunta que uno se puede plantear a continuación es la siguiente: ¿qué papel desempeña o debe desempeñar el farmacéutico?

Los expertos consultados por este periódico coinciden en señalar que el boticario puede realizar una gran labor al respecto y todos refieren la importancia de desarrollar una atención farmacéutica (AF) adecuada, aunque reconocen que a esta herramienta todavía le queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, al contrario de lo que ocurre en otros ámbitos de la salud, el campo del dolor resulta uno de los más abordados e investigados y los portavoces aluden a la gran frecuencia de las consultas de este tipo en la farmacia como posible explicación a esta situación.

De hecho, el Grupo de Investigación en Atención Farmacéutica de la Universidad de Granada tiene editada la Guía de seguimiento farmacoterapéutico sobre dolor en la que se ofrecen pautas para la atención farmacéutica en problemas de este tipo y que se puede consultar en la web del equipo: www.giaf-ugr.org.

Verificar y concretar:

Miguel Ángel Calleja, uno de los autores del documento y farmacéutico hospitalario del Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, explica que el primer paso que tiene que dar el profesional de la farmacia cuando se encuentra ante una persona con esta disfunción consiste en verificar el problema de salud. La consulta de dolor en la botica es frecuente y no podemos tratarlo alegremente mediante una indicación farmacéutica. Por ejemplo, hay que descartar que no está producido por otro tratamiento, señala.

A continuación, Calleja expone que conviene concretar el tratamiento farmacológico que se va a indicar y esto, según su propuesta, se puede realizar mediante tres preguntas: ¿qué le duele?; ¿cómo le duele?; y ¿cuánto le duele? Para la última cuestión, el experto remite a dos herramientas: la escala verbal simple —el paciente elige entre cinco descriptores: dolor ausente, leve, moderado, intenso e insoportable— y la escala visual analógica —el enfermo señala un punto en una recta de 10 centímetros horizontal y carente de números en la que los extremos simbolizan la ausencia de dolor y el dolor extremo—.

Por último, el farmacéutico de Granada señala la importancia de establecer unos criterios de derivación al médico y alude a la importancia del trabajo en conjunto de todo el equipo asistencial. Normalmente, el primer punto de contacto de la persona con dolor y la sanidad es la farmacia y, además, somos los profesionales que vemos con más frecuencia a los enfermos, manifiesta Calleja.

Sin embargo, a pesar de que esta guía se difundió en todo el territorio nacional a través de colegios profesionales y cooperativas mediante un programa de formación dirigido a profesionales, lo cierto es que hay muchos boticarios que siguen reclamando más información al respecto.

Éste es el caso de Daniel Dols Alonso, farmacéutico comunitario de Castellón, que entiende que resulta fundamental que existan protocolos de actuación en indicación farmacéutica consensuados en todo el país por, entre otros, sociedades científicas médicas y farmacéuticas.

En cualquier caso, el farmacéutico en su día a día utiliza sus propios criterios. Este profesional explica que, cuando le viene una persona con dolor a la farmacia, lo primero que observa es la edad del paciente: Si es un niño o un anciano, le aconsejo acudir directamente al médico. A continuación, si el afectado tiene entre 12 y 75 años, corroboro si están sometidos a algún tratamiento y, si es que no, indico el analgésico con mejor perfil en relación con los efectos adversos.

El farmacéutico de Castellón aclara que la atención farmacéutica en dolor resulta un campo de trabajo muy interesante en el que se puede avanzar mucho. A este respecto, refiere el ajuste de las dosis de los analgésicos, el seguimiento farmacoterapéutico y el análisis de la reacción individual de cada paciente a los medicamentos como algunos de los más interesantes en los que el boticario puede desarrollar una labor muy importante.

Trabajo en conjunto:

Pero las ausencias que notan algunos farmacéuticos en este ámbito de la atención farmacéutica tienen también su reflejo en otros aspectos. Por ejemplo, algunos facultativos desconocen y/o desconfían del papel del boticario en este sentido y siguen recomendando que, ante un dolor de cualquier tipo, se acuda al especialista. La indicación farmacéutica en dolor no se puede hacer sin la historia clínica del paciente, expresa José Ramón González-Escalada, miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española del Dolor (SED), en relación con la presentación la pasada semana del Estudio Sensitive sobre los españoles y el dolor.

La investigación, llevada a cabo por Colgate a través de una entrevista telefónica a un total de 2.016 personas de toda España, pone sobre la mesa que un 60 por ciento de los españoles manifiestan que padecen lo que se denomina dolencias cotidianas. Los encuestados aseguran que las zonas que más daño les causan son la espalda, la cabeza y la boca en ese orden y casi un 30 por ciento de ellos reconoce que tarda varios días en intentar ponerle una solución —un 11,4 por ciento revela que puede retardarlo semanas y hasta meses—.

Automedicación:

La encuesta arroja también luz sobre la práctica de la automedicación en este ámbito, lo que es confirmado por Calleja y Dols. De hecho, el farmacéutico del Hospital Virgen de las Nieves apunta a la alta tasa de problemas relacionados con los medicamentos contra el dolor debido a esta práctica.

En cuanto al arsenal terapéutico actualmente disponible, todos los expertos consultados por este periódico afirman que es suficiente, pero inciden en la necesidad de ajustar las dosis, evitar interacciones de fármacos y conocer el historial clínico del paciente. A este respecto, aluden a la escala terapéutica del dolor elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace más de 15 años y que, hoy en día, sigue vigente. El instrumento define cuatro escalones en el tratamiento del dolor dependiendo de su gravedad y constituye una buena base terapéutica para los sanitarios.

La investigación paso a paso:

La investigación sobre la atención farmacéutica en dolor sigue su curso. El estudio de Atención Farmacéutica en Dolor Frecuente, en el que participan los Colegios Oficiales de Farmacéuticos de Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia —coordinado por la Fundación de Ciencias del Medicamento y Productos Sanitarios (Fundamed), patrocinado por Laboratorios Esteve y apoyado por el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CGCOF)— está a punto de presentar los resultados definitivos (ver EL GLOBAL nº 284). Los coordinadores colegiales están evaluando los datos finales de este proyecto que ha sido creado con el objetivo de evaluar la efectividad del seguimiento farmacoterapéutico en pacientes que acusen dolor musculoesquelético y que están tratados con fármacos de la primera escala del dolor de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Comisión Nacional de Farmacia del Sistema Nacional de Salud ha acreditado con 3,1 créditos este programa. Por su parte, el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada ultima la elaboración de unos protocolos de atención farmacéutica (AF) en dolor cuando éste se relaciona con diferentes patologías.
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