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«El libro digital genera resistencias culturales»

ANTONIO RODRÍGUEZ DE LAS HERAS DIRECTOR DEL INSTITUTO DE CULTURA Y TECNOLOGÍA
«El libro digital genera resistencias culturales»
«La brecha entre cultura y tecnología es un absurdo en el siglo XXI», afirma el profesor, que participa en unas jornadas en Granada
INÉS GALLASTEGUI/GRANADA

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El director del Instituto de Cultura y Tecnología de la Universidad Carlos III de Madrid, Antonio Rodríguez de las Heras, participó ayer en las Jornadas de Literatura Infantil y Juvenil y Nuevas Tecnologías. Bajo el lema Leer de nuevo, leer lo nuevo, el encuentro organizado por el departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad de Granada analiza distintas experiencias para convertir las más modernas tecnologías de la información en un medio más para fomentar la lectura.

-¿Es cierto que hay una brecha entre cultura y tecnología?

-No debería haberla; sin embargo, ciertamente la hay. En nuestra cultura arrastramos una inercia que nos hace pensar que la cultura, el humanismo, es algo ajeno a la tecnología y a la ciencia. Es un absurdo en el siglo XXI. Una de las asignaturas pendientes que tenemos a todos los niveles, y desde luego en el educativo, es aunar en una sola cultura lo que en estos momentos está dividido en dos territorios.

-¿A qué se dedica el Instituto de Cultura y Tecnología?

-Busca ese encuentro entre el humanismo y la tecnología. De hecho, quienes trabajamos en él somos de las dos disciplinas: hay ingenieros y hay humanistas, como es mi caso. Organizamos cursos, másters y seminarios y llevamos a cabo investigaciones, por ejemplo, sobre el libro digital.

-¿En qué momento se encuentra el libro digital?

-Es el resultado de una serie de confluencias. Por un lado, la económica: la decisión de la empresa de la edición de romper amarras y lanzarse a esta nueva forma de negocio. Por otro lado, la propia tecnología tiene que evolucionar. Ahora mismo ya tenemos unos síntomas muy sugerentes de avances tecnológicos, como la introducción del papel digital y los e-books (libros electrónicos) o tabletas, pantallas de muy poco peso y bajísimo consumo que facilitan la portabilidad y la comodidad en la lectura. La tercera confluencia es la de los autores: es importante no sólo trasvasar la literatura al espacio digital, sino que los autores aprovechen las formas nuevas de escritura que ofrece el soporte digital.

-Usted ha escrito un libro digital, Los estilitas de la sociedad tecnológica. ¿Qué características tiene?

-En el libro digital no sólo no hay hojas, sino que tampoco hay páginas. El texto se puede mover y tiene efectos visuales. Se presenta muy dosificado. El fondo es negro y las letras, blancas. Y tiene una estructura hipertextual, es decir, es como un texto plegado: el autor digital tiene que tener la habilidad del que hace papiroflexia. No es una lectura lineal, sino que va brotando. El lector va desplegando el texto a medida que lee. Por eso los cambios no van a tener la inercia que ha tenido la migración de la música o las películas al soporte digital. Es natural que formas tan radicalmente distintas de leer generen resistencias de tipo cultural, que sólo con el tiempo se van a desbloquear.

Imagen y palabra

-¿Qué posibilidades abre el libro digital? ¿Es cierto que se podrán añadir música y olores al texto?

-Un libro digital es un libro multimedia. Puede estar ilustrado, con una conexión a un fragmento de vídeo, a un fragmento sonoro o a una voz que lee el texto…

-¿Qué opina del pesimismo de muchos intelectuales que ven el mundo de la imagen como enemigo de la cultura escrita?

-La lucha entre biblioclastas e iconoclastas, que fue muy dura en las últimas décadas del siglo XX, en el mundo digital se supera. En realidad ese debate viene de atrás, del efecto de los medios audiovisuales electrónicos. Esa lucha ya no tiene sentido, porque precisamente una de las cosas que consigue el mundo digital es la perfecta integración del texto y la imagen. Hay unas posibilidades inmensas que rompen por completo esas fronteras separadoras entre la imagen y la palabra. Creo que, en unos años, cuando superemos esta etapa de desorientación normalísima, asistiremos a un esplendor de la escritura.

-¿Qué futuro cree que le espera al libro de papel?

-Hay quien dice algo muy duro: que el libro en papel residirá sólo en los países más pobres. Pero yo me inclino por algo menos tremendista: como otras muchísimas cosas que están migrando al mundo digital, el libro mantendrá esa dualidad: el libro sobre papel cumplirá unas funciones y el libro digital, otras.

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